Ahora. Ya. Estoy frente a un piano donde el sudor de sus
teclas es cansadas espaldas. La belleza me apremia, me fusiona con la danza
de las lunas que juegan en las hogueras que se expanden y contraen bajo una
noche de verano. Ahora. Aquí. Halló el brío de unas manos que brincan por
sinuosas sendas a la derive de sus sentidos. Me dejo llevar y soy corriente de
pardelas en grietas ocultas a los ojos mudos de la existencia. Ahora. Me alojo
en la tersa nota empapada de penas rajadas al son de los pasos. Ahora. Tam, tam…tambores
y caracolas alegran el canto de naves en el océano consciente de su entereza.
La oscuridad es prieta, es símbolo de los movimientos a ras del ronroneo de las
olas ¡Oh, las olas¡ Mira, como vienen y van, como la alegría de la libertad
pacífica deja una figura arrastrada en su ruptura. Aquí. Estamos. Valientes,
con los brazos
izados en las singladuras de los años ¡Oh , las
olas¡ Mira, como vienen y como van , como erupcionan ante la mirada infértil de
la dejadez.
Ella sigue ahí, figura inamovible besando los bondadosos, los lindos pétalos de
tus labios. Ahora…
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