domingo, septiembre 06, 2020

la noche....


La noche . Es de noche. No veo la luna blanca, nubes la espantan en un lugar donde el recuerdo se retuerzo. Ahora te miro, como se mira lo lejano, lo fugaz. Me arrincono en el ayer, en esa memoria del ayer donde nuestros sueños viajaban a través de las tempestades, de la verticalidad de la realidad. No, no hemos llegado. Te miro ahí sentada en un sillón con brazos de flores, muchas flores con una fuerte gama de colores.  Te miro y me pierdo en la oscuridad de tu vida. Te vas. Converso contigo en la monotonía de las jornadas. No dices nada. Tus ojos fijos en un piano de años ocupando esta casa que parece caer. La noche. Es de noche.  Me pongo frente a ti y toco tus frágiles manos. No hay señal, no hay repuestas, solo un insonoro pozo donde tú no me reconoces. Te acuerdas cuando íbamos de la mano por estas calles de esta ciudad, de otras ciudades.  Siempre de mano. Con la impertinencia de ser muros  a la enfermedad. Ahora, no veo la luna blanca…solo tu marcha silenciosa en las grutas deformes de tu memoria.  Muerte y vida…vida y muerte. Es un estado que se mezcla homogéneamente sin darnos cuenta. Te miro, me gusta mirarte a la espera de alguna señal. No quiero que sufras. No quiero que en tu estática manera surjan penas, torturas. No me respondes. Dejo tus manos y observo tu mirada fija en ese piano. Te acuerdas cuando tocabas, cuando cantábamos canciones nacidas de la nada. Esa nada que es ahora hija de los años. Somos mayores, muchos vivencias hemos tenido. Me quedo con ello querida mía. Y , suplico,  ¡márchate¡ …y me empobrezco y, suplico, ¡quédate¡ No, no quiero que sufras.  Dime algo…¡qué hacer Dioses del universo¡ Es de noche y tus ojos fijos en un viejo piano, como nosotras. Te quiero. Me quedaré contigo , con mis manos sobre tus frágiles manos hasta que el sueño te derrote ¡Tormentas pasean por mi razón¡ No esperaba este final . El telón se ha cerrado y somos público de nuestra propia existencia, ya derrotadas, ya desorientadas. La noche. Es de noche. Te quiero.


1 comentario:

marcamar dijo...

Uff, duele, duele mucho.