sábado, mayo 06, 2023

LA VENTANA 11(NARRATIVA)

 

11

Y las horas pasan, de nuevo esa mano aprieta la mía. Una mano desconocida, misteriosa. Una mano frágil, en la que se lee su alta sensibilidad. Ignoro su sexo, es tan suave y trabajada a la vez que me lleva a la confusión. El mediodía se alza, el mediodía cobra bebidas y derroches de felicidad mientras el buque avanza. Esa mano no me mira, se apega a mi como hija de las mareas, de los soles que quedan por venir. Y la mano tira de mí. Se pierde y vuelve a mí, con un eco sonoro que me dice ven, ven. Me dejo guiar, me dejo sumergirme en el a ras de su sentido. Vamos afuera, ahí, donde anoche estuve. Ahora un sol magnífico cuenta de cada aventura surgida en las mareas. Ahora un sol portentoso nos dice que hace buen día. La música se escucha, la danza continua. Aquí fuera la mano sostiene mi mano, mi mano se deja llevar.  Quien quiera que sea mira el horizonte donde bellos delfines nos acompañan, donde el rito de ser guía de nuestro propósito emociona. Y la calidez de la mano me embriaga, me encoge, me asombra. Quiero desquitarme de ella, pero existe una atracción que se aferra a ella. Todavía no me atrevo a mirar más allá de esa mano, esa mano pálida, comprensiva con todo el pasado que atraviesa mi pecho. Y la mano me habla, me habla de la calma de la jornada, de esos delfines acompañándonos, de ese sol perfecto dando lumbre a las almas caídas. Me tranquilizo, dejo que esa mano de sombra a la mía. Por un momento me apodera la tentación de desvelar ese rostro, de saber de quien se trata y fijo mis ojos en sus ojos. Un fluido azul se columpia en el verde apagado de los míos. Su fuerza va más allá de mis entrañas y me siento enérgica, con una pena deshecha a mi vientre. Y las horas pasan y yo y la mano seguimos en el rumbo del sol.

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