jueves, mayo 18, 2023

LA VENTANA 14(NARRATIVA)

 

14

La mano coge mi mano y con el rigor de un mundo gélido salimos al exterior. La inmensidad del universo nos hace una caricia que nos encoge, que nos angosta, que nos hace meditar lo pequeño que somos. Un universo columpiado por una luna llena, vigorosa, con el exorcismo de lo límpido de nuestra mirada. Y suspiramos, nuestra respiración se ralentiza en estos instantes donde lo espontáneo de las acciones, de la actitud nos rema en toda su extensión a ser seres de la nada. Qué habrá más de estas estrellas, intentamos buscar una constelación, pero cierto enjambre de cosmos nos aleja. Sin embargo, el brazo de la vía láctea se distingue. Somos tan poquita cosa y a la vez nos sentimos tan grandes. Nos damo un beso mientras la música de los astros, de este paisaje callado tiembla en nuestros bases de como vemos este planeta. La luna en toda su fuerza, en toda su entereza despliega fantasmas que llegan a este navío. Siluetas blancas verdosas violáceas nos acogen en el transcurso de estos momentos. Damos por sentado que son aquellos que se han ido, damos por cierto del misterio de la vida. Una vida donde a veces nos desbaratamos o nos desbaratan, donde a veces caemos y levantamos. Y nos preguntamos para que tanta violencia, para que luchar contra las mentes eclipsadas en su verdad, una verdad falsa, una verdad vestida de una obsesión por el poder, una verdad que intenta desgarrar las entrañas de nuestra razón hasta ser vuelo del abismo. No vale la pena. Nos besamos, nuestras manos se lían a un amor especial, un amor que se sabe bien cuando durará pero que en este preciso instante se ha de dejar en las esferas de los placeres, de esta felicidad donde los hielos mueren. Nuestras manos. Mis manos. Sus manos. Mis manos y sus manos. Sus manos y mis manos, ahí está la verdad. Una visión de nuestros ojos cuando nos miramos y rondamos la dicha. La dicha del aquí, del ahora, del amor. Detrás hemos dejado todo, para que mentirnos. Detrás el aire enrarecido de nuestras sombras son olvido. Un olvido que nos lleva a esta soledad de dos, que nos lleva a este querer. Porque necesitamos amor. Y es que falta amor, amor en la palabra serpenteante a través de las sensaciones. Una ruptura. Un beso. El ahora, aquí donde los hielos rompen, donde los hielos se desangran.

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