lunes, mayo 29, 2023

LA VENTANA 16(NARRATIVA)

 

16

Tocan a la puerta. Contesto. No, no necesito nada y remito a esa ventana que da al paraíso de los lobos del océano. Tocan a la puerta. Contesto. Un callamiento se hace eco en este camarote, en esta ventana donde la despedida se aploma. Tocan a la puerta. Vuelvo a contestar y el silencio es tan sonoro que presiento de quien se trata. Me retiro de la ventana, de esta vía láctea por donde surcamos y abro. Su mirada acaricia mi mirada. Mi mirada acaricia su mirada. Unos ojos más allá del azul de las mareas, de un cielo sin nubes se asienta en mí. En ella persigo su tristeza, esa pena recóndita que retuerce más allá del estómago, del corazón. Ay, el amor. Amor del alma mía le digo. Estás otra vez aquí, en esta renuncia mía de las aglomeraciones, de los apresurados pasos de los extraños que ondean este lugar de la tierra. Ay, el amor. Amor del alma mía, la luna dice de un sitio donde el abrazo es equilibrio entre los humanos. Abrázame, amor. Ay, el amor. Amor del alma mía, abrázame. Llámame cuando me necesites, no solo estamos para los buenos ratos sino también cuando las penas ahondan nuestras arterias. Ay, el amor. Amor del alma mía adivino como vamos a la deriva. Una deriva pronunciada por nuestras manos. Ay, el amor. Amor del alma mía, unámonos, seamos esa vertical acantilado donde las aves vuelan en libertad, con la mudez del temblor de la tierra. Una niebla se aproximo amor del alma mía. La ventana es velo que oculta lo de atrás, el destrozo de las manos que pisan esta esfera. Un olor grave a putrefacción anuncia su muerte, sin embargo, demos aliento a este planeta en el confín del universo. Ay, el amor. Amor del alma mía, tus ojos rasgan secuelas, ahora, que te has desmaquillado y eres natural. Y hace falta un abrazo…muchos abrazos para la continuidad de la vida, del contento. Observamos como todo cambia y es que todo cambia. Sufre una variación que nos emancipa de la realidad. Y la realidad amor, amor del alma mía es tan difusa, es tan consecuente a nuestras acciones. Ay, el amor. Nos abrazamos, nos entregamos en este buque en una zona remota para nuestra razón. Y escucho el aleteo de esta niebla densa, grotesca que nos detiene. El barco para. Nos estancamos donde los hielos mueren, donde la noche es asesinada por los agujeros de nuestros modos de hacer. En Europa hay guerra. Ay, el amor. Amor del alma mía, no me digas más, te entiendo ¡Qué carajo culpa tenemos¡Entra. Y entra, con la belleza imperfecta de los cuerpos que se rinden ante lo prohibido, ante la renuncia del que dirán, ante la lentitud de este instante.

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