miércoles, septiembre 14, 2011

EL ANGEL CAÍDO...(RELATO-FICCIÓN)


No, no es una pesadilla es la realidad que se emancipe de nubes violáceas y me lleva sobre nubes por la senda de las cruces. Sí, evocaba no se que, un ritual que cuando la tarde se infla de noche sin luna me elevaba sin más de este planeta tierra. Yo no soy creyente pero las cruces tienen algo de gris siniestro que me atraían. A la luz de Júpiter encendí una vela, una vela de esas que se suele llevar en profesión. Dancé alrededor de ella y lentamente me arrodillaba hasta sentir mi cuerpo absolutamente al suelo. Un suelo de tierra batida, un suelo árido, un suelo frío. La madrugada estaba apurada o el tiempo pasaba rápido, una lluvia sutil comenzó a caer. Bendita dije yo. Me quite la ropa y desnuda me alcé. La llama hacía vaivenes de extinción hasta que en la oscuridad me quede solo el reino de los astros, solo el reino de esas cruces grises que yo miraba fijamente. De repente mis ojos se desplazaron y a mi derecha pude observar una especie de estatua. Al principio no le preste atención solo era eclosión a esas cruces. Poco después sentí un ligero murmullo que provenía de esa dirección. La estatua balbuceaba ciertas palabras incompresibles a mis oídos. Me hablaba. Sí, ella un ángel nacido de las nubes. Mi temor era cero. Me sentía serena y equilibrada. Es más me acerqué a este extraño suceso e intenté tocarla. No pude, fue desapareciendo y a medida que este ocurría la especie de humo que dejaba iban formando una frase “ Vive, deja tu cuerpo zarandearse con este maravilloso mundo, disfruta de sus bosques, de sus desiertos, de sus océanos, de sus montañas, de su gente pero no olvides ese fragmento que se agota, que se cansa de tanto y tanto ser lagunas inhóspitas para la verticalidad de sus vidas. Vuela en libertad y deja ser libre a la madre naturaleza”.

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