miércoles, septiembre 28, 2011

Ese rincón de la esperanza, de los sueños

No, no avances por arenas movedizas donde los manglares de los astros no pueden acoger tu melancolía. Solo una destrucción más de tu alma. Camina por tierras firmes donde las arboledas dan sombras, dan una especie de ánimo que revienta toda esa pena que te cansa. No, no alces tu voz para el llanto por un amor ido, por un diluvio de piedras que rozan tu corazón cuando intentas avanzar. Elévate en el silencio de las nubes cuando el arco iris encuentre tus pupilas y te diga “ Venga, vamos a ese rincón de la esperanza, de los sueños”. No, no te lo digo más. Te has ido y entre mis recuerdos estás como luz nómada al encuentro de la alegría. ¡Ay la alegría¡ La tienes aquí mismo, en las cosas nimias, bajo un telón de fina lluvia que con tan solo abrir tus manos te besará. Dices, que eso es mentira, una falsa ilusión que se ofusca a medida que intentas dar un paso pero no creas, es cierto, arrímate a esa cumbre donde los pinzones azules cuentan leyendas, historias de las cuales emanarás una cascada de sonrisas. Ya verás como todo cambia. No, no te vayas. Quédate conmigo al calor de una hoguera de lunas en el auge del nocturno. Seamos esas golondrinas que de tejado en tejado se arrima algún parque para en la oscuridad abrazarse, para en la oscuridad ser beso que navega en libertad.

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