Aun duermes,
Veleros incondicionales te llevarán
Por el ausente rosal negro
Donde los cuerpos emergen
En su contagio con los sueños.
Estás ahí, pregunto
No lo sé.
El interrogante se evapora
Cuando no siento el mecer de tu sudor.
Suspiro.
Y tu cuerpo inerte, explotado por las decidías de la vida
Lo han llevado a través de montañas de colmillos.
Aún duermes, no comprendo
El tiempo pasa,
Y pasa con su sustancia gris, con su aroma enrarecido
Aparcándote en un letargo eterno.
Estabas cansada, harta
De tanto y tanto girar sobre la misma roca,
Esa roca que ahora se desintegra
Con tu ida.
Ya no está, ya no estás.
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