Abres el confín de los astros que revoltosos juegan al
deseo. Te aproximas sobre nubes de espejos donde los latidos subterráneos de
tus alas me hacen soñar. Sí, soñar con tus labios bajo la sombra de los míos.
Vienes a mí con retazos sonrojados de rosas que me camuflan al son de tu mirada
¡Qué bella es¡ Sí, linda luna en los piélagos que mis pies pisan y pisan tras
la bocanada profunda del amor. Y, si te digo te quiero….No, aun no, el tiempo retorcerá
esta palabra cuando tu cuerpo, mi cuerpo frente al rumiar del olaje sean
unísono canto de las horas emancipadas de una vida que continua en las fogatas
del beso, de la caricia.
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