Amanece, despiertan las aves que rondan los boscajes. El
ahí, sobre un árbol ensimismado en su quehacer jornada tras jornada. El sol
viene y en el pie del árbol alguien. Alguien desconocido para él , alguien
lejano a sus pensamientos, a sus costumbres, a su cultura. Lo mira y mira.
Xx: Yo aquí meditando a medida que las nubes me envían esos
mensajes cargados de saber. Sí, sobre este árbol admiro la fuerza del viento
que viene y que va a lugares distintos. No sé por qué me miras, me examinas.
Soy feliz, esperando que las lluvias vengan para beber del agua que corre por
las cascadas.
YY: Me es extraño estas tierras. Vida radical a la mía.
Estás ahí sentado aguardando lo que te dice el viento, las nubes y yo sin
embargo ando con la rapidez de estos días que se me agotan. Sí, temo a la
muerte. Una muerte que vendrá con cuervos y cipreses sobre mí ser.
XX: Tú crees. La muerte forma parte de la rutina de esta
vida. Hay que fallecer para que los espíritus dancen a través de las hogueras
al anochecer. No, no tienes que tener miedo. Solo, al sufrimiento. Para todos
tiene que venir, su peso puede ser ligero o hiriente pero viene. Viene
arrebatarnos la carne que posa sobre nuestra alma y hay que aceptarla quieras o
no.
YY: Qué haces ahí, me pregunto. Pasa y pasa el tiempo y
permaneces en la misma postura, vigilante, al acecho de algo.
XX: Los espíritus me persiguen, me abrigan. Espero mi presa he
de alimentar a mi gente. No hay prisa. Mira, mira…humo.
YY: Será un incendio.
Xx: ¿Tú crees? No son los que como tu arrasan con el Dios
naturaleza. Los animales huyen, la lluvia huye y la atmósfera se intoxica.
Tendré aguardar más tiempo. Espero que no lleguen donde nosotros estamos,
verdad Dios del viento ¡Llévatelos¡ Arrasa con todo lo que nos destruye por el
placer de rajar nuestra forma de ser. Aquí sonrío. Allí no. Solo seremos
emigrantes de nuestras propias tierras. Mejor morir.
YY: Te entiendo. Somos así, no nos damos cuenta. Pensamos
que nuestra vida es la ideal cuando no es así. Qué pena me das. Siento llagas
en mi corazón que nunca cicatrizarán. Me marcho. Te dejo a ti y a los tuyos.
XX: Detenles ¡Páralos ya¡ Estoy cansado, estamos cansados.
Nosotros nacimos libres y queremos seguir libres. Sí, libres como las aves que
se posan en las ramas de estos árboles. Detenles ¡Páralos ya¡ Ay sol que
habitas sobre mi cabeza diles que se vayan, lejos, muy lejos sino la muerte de
mi pueblo. Quiere ver mi gente crecer, así, desnudos con las corrientes de los
ríos cazar el auge de la vida, danzar cuando la luna mece nuestras cabañas.
YY: Lo siento. Son imparables. Son hijos de lo grotescos,
seres oscuros de la nada.
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