miércoles, mayo 25, 2016

No dejar de danzar...

No dejar danzar con el ronronear del oleaje cuando la ventisca tétricas nos encausa por sendas mal olientes. Disipar el disparo inoportuno cuando avanzas tras las praderas infinitas de la belleza, del amor, de las deliciosas colinas embargadas en silencio. Encasquillarse  con el resoplido de una mirada que te desnuda, que te absorbe como semilla que ha de nacer en las travesuras del corazón, del corazón…Viva. Sí, viva en el forcejeo con las rotas alas impulsoras de la libertad. Continuemos…continuemos en la severa rectitud de un sol embriagador de sonrisas. Abracémonos…abracémonos cada vez que nuestros ojos aislados sean vertiente de la tersa brisa de las flores. Por favor, color y color, tatúa mis sentidos con los valles endulzados de paz, de armonía. 

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