jueves, junio 14, 2018

La nada...


La nada, silencios de las paredes que conforman este hogar.  Se han ido lejos…muy lejos. Yo no, mis arrugas me hace amasar el pan de la jornada. Una jornada sedienta de noticias. No hay mención de ellos. Sí, de ellos en la ausencia. Sola, camino con mis pies descalzos sobre este suelo de tierra y nombro cada uno de mis hijos, de mis hijas huidas a tierras ajenas, a tierras extrañas, a tierras que no logro comprender su dimensión, a tierras donde a lo mejor serán hijos de la fortuna. Una pesadilla jocosa me ha tocado anoche..sí, anoche cuando la luna arañaba mis ojos abiertos. Un mar infinito, un mar egoísta, un mar cruel como los de ahí afuera, como los humanos de la distancia abatían sus cuerpos ¿Dónde estarán ahora? Yo madre vieja, de manos arduas no me rindo. Quiero saber..Saber de sus destinos. Hace tiempo que se marcharon, dejando este poblado sanguinario a la deriva con la promesa de que volverían, de que me llevarían…no sé ¡Mis hijos¡ oscura noticias me espera. Ya lo sé , los sueños malignos se apoderaron de mis entrañas. A la deriva  por una libertad efímera, exigua, en océanos desconocidos,  tumbas de muchos. Yo aquí, mirando el sol... este sol que me arma de lo cotidiano. Y si todo fuera un mal sueño, mentiroso, temor de mis dudas. La nada, todo lo he vendido para que ellos pudieran estar rodeados de un clima pacífico, benefactor de sus luchas. Lloro y la mortificación me ata, me hace un hueco en la pena, en esas otras penurias lejanas aquí. Las estaciones pasan, el tiempo asesina mis esperanzas, mis ilusiones y me veo cobijada en el dolor. Tal vez no debí dejarlos ir…una vida mejor, fuera del alcance de toda sangre que se perpetúa en esta tierra de nadie. También pienso que se han olvidado, olvidados de esta anciana que los vio crecer ¡No¡ ¡No¡ No es posible, ya llegará alguna carta, alguna nota de ellos, de ellas que envuelva en un manto de alegría. La calma viene, la calma me besa, la calma raja esos malos sueños. Seguro que están bien. Tal vez, emocionados. Tal vez, encantado en ese nuevo mundo.  Ya me contarán cuando retornen, si vuelven, si se acuerdan de mí.

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