domingo, octubre 06, 2019

ABRAZARTE...


Quería abrazarte, no sé porqué. Una fuerza sobrenatural me llamaba y me decía besa la pena de un árbol envejecido en los siglos. Tus brazos, ranmificaciones donde las hojas verdes se habían ido, donde habían desaparecido en el transcurso de las estaciones. Ahora eras solo un gris objeto donde los enamorados inscribían corazones de amor como si tú fueras la eternidad de ese querer de esa juventud que se borraría con el paso de los años. Quería abrazarte, sentir el último halito de tu cuerpo grueso, áspero, rugoso, cortante pero con una verticalidad en tu empeño de la existencia. Quería abrazarte, contarte todos los secretos que encogían mi vientre. No sé, te ibas yendo poco a poco, lo noté desde aquel primer día lluvioso que me fijé en ti. Te ibas y no volverías, tus raíces acostadas en la pena ya habían alimentado suficiente en esa atmósfera extraña, oscura. Tu sombra, no más ahora que un resquicio de tenebrosos funerales donde el olvido se cobija.  Y quería abrazarte…y tú te dejabas aunque fuera eminente tu muerte. Quería saborearte en la serenidad de los ataúdes que te aplastarían como velo del mañana ¡Abrazarte¡ ¡Abrazarte…¡ ausentarme de este mundo y ser parte de tu despedida ¡Abrazarte¡¡Abrazarte…¡ como perfume que aniquila cada uno de mis pensamientos caóticos, oscuros. Y quería abrazarte, llegue hasta ti, ya la maquinaria estaba dispuesta. Decían que eras un peligro, que tu vejez era el pánico de los transeúntes. No me dejaron y una lágrima que yo pude ver emanaba de tu corteza. Y quería abrazarte ¡abrazarte¡ ¡abrazarte¡ La rabia de nieblas grotescas me invadió.  Y no me dejaron y una lágrima de naturaleza destruida salpicó mi rostro. Mis ojos cantaron a la agonía, a la impotencia de que aún estabas vivo. No pude detenerlos ¡adiós viejo árbol¡ Mis sentidos se preñaron de desesperanza, de un cierto olor nefasto del  futuro. Quería abrazarte y te mataron. Volví bajo ese techo donde los sueños se esconden, donde los gritos margullan en la intimidad, donde la tristeza se clava en el pecho. Y quería abrazarte ¡abrazarte¡ ¡abrazarte..¡

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