martes, agosto 18, 2020

MI CASA...

 

Mi casa , no está lejos. Detrás de la frontera donde los pájaros no cantan, donde las olas se retuercen en la mudez, donde el sonido de la destrucción nos hace hijos de la huída…huída. Mi casa, no está lejos. Mi mente vuela a ras de su sabiduría, de su verticalidad ante las inclemencias, ante las penas, ante la sangre ¡Oh, mi casa¡ Voy hacía ella, no me preguntéis el porqué.  Quiero ver sus restos, recobrar cada pedazo de su vida, nutrirme de sus cenizas.  Pensáis que es grotesco…pero no, es mi casa, mi infancia, mi raíz. La guerra no ha terminado y siento la necesidad de saludar, decirle hola, como estás.  Comprenderme, es mi casa. Esa la que se halla detrás de la frontera, donde los niños no juegan, donde los ancianos permanecen estáticos  en el sueño, donde hombres y mujeres luchan en la nada de cielos grises, pesados, venenosos. Mi casa, no está lejos.  Detrás de la frontera, quiero volver, fallecer donde las flores son negras, donde las flores anónimas refrescan un cuerpo ausente. Mi casa, no está lejos.

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