lunes, noviembre 23, 2020

AMADA/ESCENA6

 

ESCENA 6

 

VOZ DE FONDO

 

La espera de  la noche. De una noche sin alas de  luna. De una noche donde las antorchas vagaran en su chispear a través de la laurisilva sorteando su suelo húmedo, su suelo embarrado , su suelo deslizante. Todos parten con la llama del temblor. Todo es silencio. Todo es un conversar con la suave brisa que hace danzar el fuego. La mirada vaga en la nada. Atravesado  el boscaje de  laureles, los helechos grandiosos llegan a los pinares. El sabor de su olor los enmudece, los detiene por unos instantes. Al unísono respiran en el cavilar de sus razones. Las antorchas se apagan. Las antorchas se callan y solos en la oscuridad. Una lechuza sobrevuela en sus ojos desechos. Esperan que el nocturno sea más profundo para adentrarse en las tierras de Amada ¡Ay Amada¡ Van a por Pablo.

 

GENTES DEL PUEBLO:

La oscuridad está presente. La pena está presente. El remorder está presente. Una maldición jugará con  nuestras vidas ¡ Oh Amada¡ perdona nuestras pisadas en tus tierras. Perdona nuestro cuchillazo a tu paz. Perdona pero el Dios grande nos obliga. Pablo será enterrado en el camposanto con una cruz de hierro ¡ Oh Amada¡ Somos intrusos de tu dignidad. Perdona por la traición. Queremos vivir tranquilos, que nuestros hijos crezcan, que nuestra cosecha sea rica. Nos llevamos a tu esposo Amada.

 

VOZ DE FONDO:

Y se llevan al cuerpo. Amada duerme con su vientre abultado. Amada gime entre sueños que la hacen despertar. Y se llevan al cuerpo de callada manera. Y Amada corre escalofriante a sus tierras, ahí donde cavó la fosa de Pablo. Se queda estática ante la noche cerrada, ante un vientecillo que le trae su aroma. Cierra los ojos, se acaricia su vientre y con el poder de sus oraciones Pablo le escucha. Pablo, muerto. Y se han llevado el cuerpo. Y llegan a la aldea. Un sudor frío corre por sus frentes, por sus piernas, por sus espaldas. Temen a Amada. Temen a su Dios. Lo entierra en la orden del párroco. Levanta el crucifijo que tiene en su cuello y lo beso. Ora para él . Ora para ellos. Y el cielo viene con la celeridad de una noche de destemplada. Una tormenta se aproxima con la celeridad del grito de Amada. Todos le dan la espalda al cura y vuelven temerosos a sus casas. Y la tormenta ya está encima aromatizada con los despojos de la erupción. Y todo se vuelve oscuro. Y todo se vuelve brumoso. Solo el cura. Cuando va a situar la cruz de hierro la tumba está vacía, intacta.

 

PARROCO:

Misericordia ante los demonios de esta tierra. He visto sus cuernos. He visto su maleficio ¡Dios¡ no me dejes solo ante la adversidad portentosa  y maligna de esa mujer ¡Dios¡ suplico ante la derrota de lo bueno ante lo malo. El infierno es presa de esa mujer. El infierno es presencia quemante ¡Aparta tu lengua de mi¡ ¡Aparta tus garras de esta tierra santa¡ No Dios, no puede ser. Todos huyen….todos huyen….

 

VOZ DE FONDO:

 

Amada invocando a las almas idas. Amada velando a su esposo. Amada besando su frente. Amada queriéndolo. Amada conversando con su muerte. Y Amada ¡Ah Amada¡ duerme junto a su tumba. Qué no lo lleven…qué no se lo lleven. Las constelaciones la miran. Las constelaciones le hablan. Las constelaciones la besan CONTINUARÁ 

 

 

 

 

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