28
Dentro de unas horas amanecerá. Viene
con todo su brío el sol padre de este ínfimo planeta que gira y gira entorno a
su azul bello. Antes de ir donde la madre siento la necesidad de ir de nuevo a
esa cueva numero nuevo del Risco Caído. Una necesita donde la muerte temprana
de esos amantes los condiciono para el hoy de su leyenda. Son ellos los que
huyeron de las inclemencias de unas ideas. Son ellos los que no escucharon las
palabras del poder , de las Hemeriguadas cual condenaron la insolencia, esa huida.
Son ellos los que no tomaron las medidas que rectaban en esa sociedad aborigen.
Ellos, los huidos, de distinta escala, de distinto trono guanarteme ascendieron
por el monte hasta donde fueron sacrificados de inanición. Esclavos de las
leyes que prevalecían en su comunidad murieron en el abandono vigilado por otros
aborígenes hasta el final. Ello imagino el rito de las sacerdotisas ante este suceso
cuando la pubertad de ellos era renaciente. El , en una noche de luna huida la
fue a buscar cuando ella , aislada, suplicaba por salir, por escapar. Se la
llevo de la mano. Si , le agarró fuertemente la mano y juntos emprendieron ese
viaje del no retorno. Son ellos, los que huyeron ausente de la pena de sus
poblados donde nadie los viera. Son ellos, tomaron la decisión hasta el final.
No se arrepintieron , no hubo lamentos solo querían estar juntos. Y las
maguadas los condenaron, no hubo perdón ante la desobediencia. Son las cinco de
la mañana, voy donde el amor eviterno sembró el carácter de estos dos
muchachos. Y la historia pasará por ellos con este descubrimiento, serán muchas
ideas del suceso, pero yo me quedo con la mía.
Espérame, yo iré a búscate cuando
la luna redonda no nos acompañe. Espérame, te sacaré de donde estas recluidas con
el silbo de mis entrañas y sabrás que soy yo. Nos marcharemos donde ni Dioses ,
ni Diosas nos persigan, nos observen. Espérame , la noche sin luna está próxima
y te daré de la mano sin que nadie nos vea…sin que nadie nos vea. Seremos hijos
de los montes. Seremos hijos del viento. Seremos hijos de los astros. Seremos
hijos de la lluvia. Seremos hijo del fuego que dará tibieza a nuestros cuerpos
cuando el Magec despierte. Y fue, fue a por ella. Se fueron por este recorrido
que imagino y de donde parto hasta la cumbre y allí ante el grito de sus
superiores se escondieron. No por mucho tiempo, hasta la muerte. Sigo el
sendero de estos amantes jóvenes guiada por mi única brújula, el conocimiento
de la isla. No sé porque esta historia
me ha impactado, tal vez se viva en algunos puntos del mundo hoy en día, en
este presente que no es tan presente, que no es tan avanzado para muchas culturas.
El armamento debería de fulminarse, caer ese dinero malgastado en otras causas.
Hambre y sed, y la conciencia desfavorable para muchos…más de lo que pensamos. Eres
tu…si, eres tu el monte donde los amantes desparecieron en una estación precoz,
a una edad precoz , antes de saber de la vida en la condición de sus
costumbres. Oh, pobres inocentes, se cayeron cuando todo se veía hermoso, cuando
todo conversaba con ellos y la madre tierra. No os diste cuenta…hasta la
encerrona, hasta el castigo de vuestros padres, de vuestras madres. Nadie os
defendió, todos os culparon y de espaldas os dejaron en vuestras rejas del amor
hasta la nada, hasta la muerte. Habitación cero. Paredes blancas. Suelo gris.
Madre estoy aquí en el monte y mi mente viaje en este instante de tiempo a ti. Continuamente
estás conmigo y yo estoy contigo en este rumbo donde la existencia nos cuelga
del árbol de la vida. Un árbol donde sus raíces nos besan para después
encontrarnos. Tus suaves manos. Mis manos hostigadas. Me complace tocarlas, palpar
ese momento en que tu y yo somos una sola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario