miércoles, febrero 05, 2014

Gravitar

Gravitar bajo los astros de la madrugada. Ahuyentada del ritmo de los sueños que sobrevuelan la noche pesada. El sudor se perpetúa en mi vientre y lentamente elevo anclas para admirar como la ciudad duerme.  Escucho el canturreo de algún pájaro perdido tras las lluvias. Escucho el murmullo de las olas que llevan a un océano donde mi cuerpo desnudo se sumerge para sentir su caricia. Medito con la atenuación de estar despierta por esa vida que sigue sobre las tempestades que azotan al alma. Los latidos se vuelven fecundidad de flores que pueblan mis senos ¿Hay alguien ahí? No, solo el tiempo que corretea al amparo del hechizo de un almanaque donde las estaciones se esfuman. Un grito penetra por mis venas y siento la necesidad de reducirme a cenizas. Cenizas que volarán a ras  de una hierba que no siente la humedad de unos labios.  Y girar y girar siempre en lo mismo. En ese epicentro donde el ser se balancea en la soledad de sus lunas, de sus soles. El lamento llega. Sí, llega. Llega con cadenas y esqueléticos perros negros que me hace huir y huir. 

No hay comentarios: