domingo, septiembre 28, 2014

Abrazados...

Comprendió que abrazados en la profundidad de una danza bajo el arco de colores eran capaces de soñar. Un soñar despierto de mirada a mirada. Y así siguieron en la caricia pura de los besos cuando la lluvia en la lejanía era sonoridad de los pájaros. Así abrazos, cierto es. Cada uno con sus puertas como eco de sus entradas y salidas. Se amaban. Esbozan un vuelo que iba más allá de la plenitud de las mareas. Luego regresaban así abrazados, comiéndose a besos. Saboreando esas noches de luna llena cuando son singladuras monte arriba. Sí, arriba ¡Pa arriba¡  Y abrazados llegaban al pico más alto elevaban anclas y con plumas de pinzón azul anuncian su vuelo más alto a la plateada. Se entregaban a ella, abrazados. Y estoy es lo que hay, digo.  Ay de esos sueños que venían los sosegaba en medio de la duda. Sueños que plantaban como árboles en el silencio de la noche y la luna llena. Abrazados. De cada uno de ellos manaba un haz azul, verde, rojo de sus deseos. Desaparecieron, abrazados, en ellos. Adiós dijeron. No miraron atrás. Y en ese instante el firmamento brilló  un astro junto a la luna. El y ella. Ella y el. Abrazados. 

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