lunes, agosto 03, 2015

Divagaciones de una tarde de agosto....

Que precoces son los párpados que se eclipsan cuando la tarde es singladura del agotamiento. Nos recogemos por unos instante en el inmenso paraíso de lagunas doradas donde aves multicolor van a pacer. Avistamos un sueño que en su entereza nos lleva por extraños lugares desconocidos. Queremos alcanzarlos…así…con la tonada y la influencia del rubor de las cascadas que en ellos enhebran el sosiego. Una tarde de verano, una tarde que pasada las manecillas de un reloj nos eleva a una bóveda celeste. Dejamos atrás la pesadez de las horas y comenzamos una nueva andadura. Escala, escala…digo…sobre puentes azules donde el resonar sutil de las ramas de la vida te alienta a continuar. Vemos el recoger de las alas que rotan en nuestra esencia y caminamos lento por esas bocas que erupcionan felicidad. Dices, que me besen…que me besen ahí…ahí donde los ojos abiertos manan la verticalidad de nuestro yo. Así es la tarde. Así son los golpes tersos de la paz. Arco iris de pétalos rosas rozan tu senda, un arco de colores que coloniza nuestros sentidos…

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