sábado, agosto 15, 2015

fRAGAMENTO DE LO QUE ESTOY HACIENDO....

...Nocturno no te siento respirar en mi alma. Ando al ritmo de los arroyuelos hilando el silencio. Quedo abandonado en una duna infecunda donde tus ojos no son vergel de esta monotonía¿ Donde andas María? Surge entre mi un viento hostil ante tu oscuridad. Posa ante mí mariposa encantada. Aquí te espero. Recuérdame, por favor. Que los dioses del universo te lleve mi mensaje, escribía Pablo en el paso de los meses. Meses y estaciones donde el niño crecía vigoroso o eso creía. La enfermedad se aproximo en aquel bosque. Ansioso buscó la vieja del bosque, dónde andaría. No debe de estar lejos, se dijo. Con el niño entre sus brazos avanzaba y avanzaba de manera apresura al encuentro de alguna cabaña semiescondia donde ella vivía.
-Pero que haces Pablo ¿por qué me buscas? Los lobos, las ardillas, el mecer de las ramas me avisan.
-¿Qué escucho?
- A mí a la vieja del bosque. Ante ti mi techo. Entra, anda.
- Tú que tanto sabes. Que tiene mi niño.
- Nada Pablo. Que la magia de la luna llena con esta savia de los altos árboles que aquí habita lo sanen. Déjamelo y vete. Mañana cuando vuelvas lo verás vivir de nuevo.
 Pablo se marcha confiado. Sufre, sufre por la enfermedad del pequeño. Regresa a su guarida con los pasos perdidos, suplicando, suplicando la curación de este.
    Luna blanca que me visitas
Anima a las ánimas de esta tierra
Expirar el dolor de este pequeño.
Venga, venga
Que venga la lluvia de verano
Mientras tú ahí arriba
Censuras la enfermedad.
  Ungüentos, luna llena, espíritus andantes alumbraron la cabaña y el pequeño renació. Abrió sus ojos lentamente y con una sonrisa la vida en el amanecer llamo a su padre. Pablo invocado por los rumores del bosque fue hasta allí. Lo encontró jugando con la anciana mujer y muy feliz. Salgamos fuera Pablo y pequeño, contemplemos este reino natural maravillosa que nos da vida. Dancemos cuando venga la noche en las hogueras de la esperanza para agradecer a las ánimas por el auge de este ser. Ya te observo Pablo como me miras ¿Te preguntas como he llegado aquí, por qué estoy en este lugar? En mi ayer fui monja, me metieron cuando era una cría en un convento lejos de aquí. Al principio todo era primoroso: cosechábamos, recolectábamos, hacíamos dulce y rezábamos. Pero llegó la hambruna y nos quedamos sin protección. Una noche incendiaron el convento y tuvimos que huir. Pero huir a donde. Descontroladas cada una se fue por su lado. Yo me refugié en este denso bosque, bajo sus sombras. Y aquí he vivido desde mi juventud. Ahora, vete Pablo con tu hijo. Con este hijo de las lunas azules. No me cuentes tu historia que ya la sé como también sé quién es la madre. Cuídalo...


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