Estás en la orilla con tu larga melena, mezcla de una visión
más allá de los horizontes lejanos y el murmurar de las olillas. Estática,
sentada escuchas las voces de una brisa esbozando lo cotidiano. Te inmiscuyes
en la reconditez de tu espíritu y vuelas, vuelas donde la sequía de tus ojos
digan algo…tal vez alguna lágrima muy bien de alegrías o de penas. Estás
distante, una luna plomiza descansa sobre tus hombros. Todo pesa pero lo
liviano de un suspiro te hace inquietante pedazo de esta esfera…
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