He buscado en los sentidos verticales de la existencia y
todo se derrama en aberraciones a la madre naturaleza. Sin embargo, le suplico
con el vientre abierto dame aliento para mirar los cernícalos pasar. El canto
se apaga en esta esfera plagada de enfermas cavilaciones conducidas por lo
horroroso. Sin embargo, la belleza atiende a veces a mis oraciones al universo
que nos rodea. Un universo de dioses, donde las manos agitadas por las hogueras
del mal ensucian su propia tierra, su propio mar. Me doy cuenta de lo inhumano
de esta esfera donde el girar y girar vertiginoso de riscos nos llevan un
abismo inconcreto, sin entendimiento para muchos. Sin embargo, busco. Busco en la
intemperie de esos campos de escarcha
donde los ojos de muerte son venideros. Busco en el estómago rajado donde las
moscas carcomen la entereza. Busco en los náufragos huidos de batallas
inagotables. Sí, he buscado y no hallo la limpieza de las manos, solo, el
silencio de los océanos mientras el dolor agita sus entrañas. He buscado el
grito de la verdad, de la pureza de los corazones, de las ramas al viento y ,
solo, encuentro oscuridad.
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