martes, febrero 11, 2020

SUS MANOS....


Sus manos ¿cómo eran? No las recuerdo bien. Solo su olor, su tacto cuando con sus yemas recorría mi columna, mi cuello, mis pechos. Manos alumbradas del don de los sentidos, despiertos, emotivos. Sus manos acariciando mis labios como tal pétalo se tratase, conversando con la insonoridad de los cuerpos cuando se mecen bajo el halo de la luna. Manos exuberantes en energías constructivas que nos hacía perdernos en el letargo. Y ¿Cómo eran?  Mi memoria no roza sus formas, una imagen que se va difuminando a medida que las estaciones pasan. Me detengo y medito bien, en sus manos. Manos girando en torno a cuerpos que se entremezclan en su calor.  Manos perfectas para una noche sin estrellas, ahora, mudas, idas, desvanecidas en algún baúl abisal. Sus manos ¿cómo eran? Posada sobre mí hombro cuando mi andar apresurado alcanzaba la esquina del vacío y después… y después la nada. Manos buscando mi vientre, manos liberando los pesado, lo angustioso. Solo, sus manos….solo, sus manos.

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