sábado, diciembre 25, 2021

DIVAGACIONES DE UN 25 DE DICIEMBRE

 






Y el crepúsculo viene, Viene con sus penas, viene con la conversación de los pájaros, viene con el vientre roto ante la memoria perdida. Los pasos se vuelven lentos, son las siete de la mañana y la conformidad del universo se entrega a mis ojos. Mis ojos inconclusos, mis ojos resignados, mis ojos buscándote. Y el crepúsculo viene, me encierro en la habitación bajo la visión de una lámpara de decaída. Me empujo donde las olas rompen y la mar de fondo dice que tal vez mañana.  Tal vez nos encontremos, tu y yo…yo y tú. …y ese abrazo con el afecto de los labios se expandan en cielos de cometas de colores. Hoy, en este instante donde mi aliento se vuelve rígido, te espero. Siempre te he esperado, aunque no lo sepas, aunque ignores mis sueños. Y el crepúsculo viene, estoy en la isla. Una isla donde la primavera da tonadas de cierta tristeza cuando el abandona sacudo nuestras manos, nuestros pasos desorientados. Y, sin embargo, te espero. Aquí, con una soga aferrada a mis palabras de amor. Y el crepúsculo viene, unos se van, otros se quedan en un diminuto instante de tiempo.  Y te escribo, con el dolor de almas ancladas en la profundidad de fosas anónimas. Y te escribo, con el desconcierto de una luna que me mima, que me extiende todo su fulgor sobre mis hombros, cansados. Y el crepúsculo viene,  viene con sus logros, viene con sus amenazas, viene con la dicha de una nueva jornada donde los corazones se rinden al descanso.

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