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Hinco una monótona plegaria a los
Dioses inexistente. Defiéndeme de esta tristeza mía para que sea ausencia en el
resto de mi vida. Mis ojos se entornan en esta habitación de paredes blancas y
suelo gris. Soy una sustancia que se cuestiona el ser o el no ser. Le cojo de
la mano mientras dormita mientras, invoco a los espíritus de la bondad en su
partida que tanto puede ser lejana, La salud es el presente, el hoy, mañana tal
vez seamos presa de la agonía, de un inesperado desenlace que nos borre de las
escenas de este momento. Viajaremos donde la oscuridad sea linterna guiándonos en
otro espacio, en otra dimensión. Y esto quizás sea así o, no. El volcán de la
isla próxima parece callar y esa insonoridad es corriente gravitando en el
temblor , en el miedo de como evolucionará. Entre tanto en esta habitación de
paredes blancas y suelo gris, soñamos. Si compartimos como ritual cotidiano estos
sueños. Logró atisbar tus pensamientos y evoco tus deseos, libres. Quieres lo
mejor para tus hijos en la me incluyo Y, ellos ¿dónde están? Hemos pasado
muchas penurias y desagrados juntas a igual que hemos fundido el brío de la buenaventura
en nuestra sangre y hemos salido en la sombra de nuestro hacer ganadoras de
este corto recorrido por la singularidad de este planeta. Tiento por decir que mis
pasos son ápice de nuestros desencuentros , de esas desilusiones que al final
de lo infinito nos han llevado por el buen camino. Una lucha conjunta, al
unísono de banderas blancas al son de la paz y la armonía. La dignidad. El
respeto. El rendirnos ante el orgullo brutal del mal que imprime monótono de otros.
El mundo se aturde ante el encanto, ante la belleza. `para cada uno de distinta
manera. Sí, la diversidad como los bosques , así es el ser humano. Pero a veces
en esa profundidad desconocida guarda un perfil cruel, devastador, vengativo a
todo lo que concurre en su malestar como persona , en su búsqueda de la
victoria. Hay que ganar para si mismo sin dañar lo ajeno, esos ciudadanos de
este globo variopinto. Habitación de paredes blancas. Habitación de suelo gris.
Estás enferma…muy enferma y lo sabes. Y aguantas cada manotazo de la bestia que
quiere llevarte a lo inexplorado, lejos…muy lejos.
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