domingo, octubre 12, 2025

HABITACIÓN CERO (NARRATIVA) 22

 

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Una bocanada de alivio trepa por mis arterias cuando cuelgo. Temblor. Todo corre , todo se raja y después la quietud. Me detengo. Me sostengo y caigo como pájaro herido en el sofa de inmediato me levanto y salgo a la calle. El pánico a envuelto también esta isla por un pequeño instante y logro comprender que todos estamos unidos por esas raíces de la tierra como manos que se cruzan en las miradas, de temor, de calma llegada y pronunciamos , todo está bien. Si todo está bien. Todo es correcto , solo un susto que viene de ese pacto con la isla vecina. Camino, no se habla de otra cosa, todos abismados ese movimiento sísmico con epicentro lejos…muy lejos o no tan lejos. Solo, un aviso de la vulnerable que somos. Voy al parque más cercano y bajo la sombra de un árbol donde grullas descansan yo también descanso. Un descanso corto, un descanso efímero , desaparece cuando mi cuerpo me lleve de nuevo bajo mi techo y mis manos se posen ante un libro, ante el pieno, ante cartas inconclusas o no de algún amor perdido en el camino de mi destino, de mi vida. Mi vida, que ilusa, entre cuatros paredes mientras mi madre, la madre de este ser de una soledad elegida se precipita en una larga despedida, en una habitación de paredes blancas y suelos grises. El dormir me viene, intento alzar mis parpados pero no puedo y es que es imposible, es tan bonito el día a pesar del suceso, del temblor que aquí, tirada en la hierba fresca , es como si me tragara un sueño solemne. De aquí escucho el rubor de las campanadas de la catedral, una catedral que ha visto el paso de la vida en la historia de su construcción. Muertes, mentiras, acusados, culpados, presos y el látigo infernal de la inquisición. Esta plaza Santa Ana. Ahora, en este ya parecen como leyendas oscuras, historias ocultadas tras las paredes de piedra de este imponente construcción.Ay, mis enamorados, que hubiera sido de ellos si hubieran vivido esos siglos oscuros, nublados, de una limpieza de toda idea contrarias a esos que se dicen por el nombre de Dios. Y aun queda restos, aun hay gentes condenadas a vivir con esas formas de pensar, con esa forma de actuar. Algo ha quedado el poder de las religiones sobre los pueblos desbarata cada sensatez, cada honestidad como humanos. Nos hacen creer que somos aire de esa ambición, pero no . No hay Dioses, solo aves en el aire, solo cetáceos en los mares que nos cobija de la tiranía cuando dicen venir en nombre de ellos, las matanzas, el hambre, la deshidratación. Observa mi niña, ahí una fuente de donde puedes beber y beber hasta saciar tus penas. No hay peligro. Despierto , es mediodía, no hay nadie solo yo, solo las garzas, solo este árbol que me da sombra y en mi mente una habitación de paredes blancas y suelo gris. Susurro una canción, me viene en ganas de cantar. Ahora, ya, cuando nadie me ve. Un círculo de gentes sentencia en esta plaza. Un círculo que parece homogenizarse en demonios danzantes que gritan y gritan ante las bases de una dictadura empecinada en el odio as sus iguales.  Dejo los acontecimientos históricos y me arrincono en esos amantes, se quejaban, ateridos por el miedo y abrazados sus cuerpos permanecieron así para el restos de los siglos. Y quien murió antes. Y quien murió después. Los mataron, se dejaron ir. Todavía queda una pesada y enmarañada investigación que sobrevolará mi imaginación y la de otros hasta llegar al cuasi invento de sus muertos para establecer un acuerdo. Temblor. Se siente otra vez, las bocas de la isla vecina se abren como lengua descomunal barriendo todas sus construcciones, toda su naturaleza.

 

 

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