miércoles, diciembre 24, 2025

HABITACIÓN CERO (NARRATIVA) 35

 

35

Habitación cero. Una habitación de paredes blancas y suelo gris. Soñé y soñé que alzábamos un brioso vuelo donde la lluvia nos alimentaba a cada avance. Pero estamos aquí, en esta habitación de hospital. Es diciembre. Es navidad y no se porque fuerza misteriosa de las entrañas de la tierra y de los misterios del cosmos pronuncias mi nombre y sonríes. Sin más me contesta a mis preguntas y mis emociones corretean por mis carnes frías como una esperanza…la esperanza de que tu contento se mantengan por estos días, por estos meses, por estos años. Hoy es navidad, emano una cierta expectativa de tu mañana que será el mañana de todos, el de andar por las corrientes de los pájaros cuando tienen ganas de cantar. Después el final, todos llegaremos a ese final, donde muerto el cerebro no hay paso que dar. Hoy es navidad, una jornada más, sonidos alegres se escuchan de las otros pacientes, de las otras habitaciones. Aquí , estoy contigo, tu y yo….yo y tu, respirando de este ambiente tan triste. Y estamos aquí, yo agarrada a la suavidad de tus manos conversándote y conversándote. Tu escuchándome y escuchándome un día más donde mi espíritu tiene arraigado la verticalidad de las montañas. Te doy un beso en la frente. Me das un beso en mis cachetes. Espero que esta armonía nos traiga las ganas de vivir, las ganas de seguir adelante ante este tortuoso camino que hemos de realizar. No hemos perdido madre, continuamos agarradas  a las raíces de la tierra. Navidad. Diciembre. Habitación cero. Habitación de paredes blancas y suelo gris. Me recojo en ti y nos despojamos de muchedumbre alocada , acelerada que prima en esta época. Enfebrecidos, enredados en el complacer cuando los abrazos han sido negados en el resto de los años. No entiendo. Las celebraciones deberían ser rituales cotidianos. El abrazo debería ser continuo en el proceso del tiempo hasta el adiós. Sí, hay un adiós. No nos damos cuenta, pero hay un nicho esperándonos, es irremediable. Y después solo queda lo que has sembrado, lo que has arado año tras año sellado en tu pecho. Me oyes, ya lo se. Aunque los doctores digan lo contrario. Te estimulas ante mi presencia , ante mis palabras en esta habitación de paredes blancas y suelo gris. Sabes madre tengo un rasgo de melancolía, una penumbra pasa por mi mente, pienso en aquellos que no tienen nada, en aquellos que lo diario es sufrimiento, en aquellos donde el vacío de sus manos, de sus vientres solo consiguen el abrazo de la muerte delirante, invalidándoles para el disfrute de cada sueño, de cada deseo. Un ensueño transpira en su venas por unos instantes, un instante que es la nada. Hace frío en la isla, enfrente , la isla compañera, la isla amiga, la isla hermana encendida de un magma que no deja de avanzar. Temblor. Mi expresión se vuelve espesa, sombría y disimulo mi dolor particular. Te sonrío, me sonríes en esta habitación de paredes blancas y suelo gris.

 

 

No hay comentarios: