sábado, diciembre 13, 2025

HABITACIÓN CERO( NARRATIVA)33

 

33

Suelo gris, paredes blancas. Habitación cero. Si, yo la llamo así porque es como un punto de partida a otras dimensiones, a otros caminos. El calor de tu mano me huele y yo también, con el voy donde quiera con el trotar y trotar de la libertad. Balbuceas algo, siento tu voz, estropeada, esforzada y te entiendo. Dices mi nombre, algún resquicio de memoria rasguea tu garganta y sonríes…te sonrío, a pesar de tu estado. No me gustaría verme como tu , me digo. Postrada en una cama donde no más soy ojos y manos ….ojos y manos que sienten la calidez humana, el acogimiento de un corazón perdido en esta habitación de paredes blancas y suelo gris. Aquí, tranquilas. Más allá, el hambre, los derechos humanos doblados, el castigo. Sí más allá de la isla, de este país llamado España. Los traficantes de sueños los llevan a un pozo negro y oscuro donde solo es posible salir con la alianza de los países, de los pueblos. Acabar con lo terrorífico, lo abominable, lo asqueroso de la vida. Hay hambre. Hay bombas que han destruido ciudades enteras, personas enteras y ahora….la salud física y psíquica se envuelve en suciedad. Veo unos pies desnudos, llagados, lastimados con el dolor que ya se asimila testigo de la devastación de sus iguales, nosotros. Los ojos, reflejo de los horrores despierta una desesperación, un pánico que ya no es pánico sino enfermedad. Están enfermos. Qué será de ellos, quien los sanará y los cuidará para subir en la vida con un pedazo de sonrisa. No, madre ¡No¡ nada será igual cuando las guerras acaben. Violaciones, saqueos, torturas, interrogatorios, genocidios. Y después qué…una memoria donde habita la alegría torcida, incoherente, penosa de todo lo que han soportado. Y los veremos suplicando a un Dios. Un Dios insulso. Un Dios agreste. Un Dios yermo. Un Dios engendrando en su nombre el mal, el mal para las florecillas muertas. Sí, están muertos. Muertos en vida. Quien demonios puso vida en este planeta. A veces los retortijones estallan en mi estómago. No, no madre y es que hay hambre…mucha hambre, un hambre con semblanza de lo desequilibrado de este orbe. Paseo por esta habitación, meditabunda. Dejo el paso el paso de esta noche tranquila y miro de nuevo por la ventana. En este lugar se puede ver a pesar de la polución alguna constelación. Una estrella fugaz acaba de relampaguear por mi visión o yo creo que es un meteorito , puede ser también algún satélite podrido. Hay hambre, en los escombros de la indomable sinrazón. Soy neutra ave que alza su vuelo en un recorrido sinfín , en un andar paulatino hacia la verdad humana. Desde aquí parto donde duermen el arrojo de danzar bajo la luz de las estrellas.  Descansa un poco madre, no dejas aguzar tus sentidos en esta persona que te quiere, que ha sido aprendiz de los ritos flotantes para caminar por las calles, por las gentes. Y de repente zas…un tirón de viento viene con la destreza que lo hará violento. Y de repente zas…la lluvia. La lluvia y el viento. Te lo cuento, desde aquí, desde estos cristales permitiéndome avistar el exterior como canción perdida en el tiempo. Sí, una canción. La tormenta se ha iniciado, temblor. Una mezcolanza de pavor sembrará a la sociedad tan carcomida por las noticias sensacionalistas, por las noticias pinchadas de mentiras.  Y sigo con mis pensamientos, hay hambre. Nos vestimos con el hambre , con la sed de los huérfanos de existir…muchos, demasiado. Habitación cero. Habitación de paredes blancas y suelo gris. Envuelvo en mis espaldas la pesadez de un árbol caído, me revuelvo en mis sentimientos…dignos de bienestar, de este cariño transfiriéndose al unísono. Sabes, soñé que soñabas. Sabes, tu sonrisa era un arco iris ornado con el aroma de tus manos suaves, frágiles. Sabes , caminábamos donde el ser experimentaba la paz. Niños corriendo. Ancianos sentados viéndolos pasar. Y nosotras, en medio, paseando en un parque donde las banderas sonaban en níveos colores hilados por las manos de esas madres que han perdido algún hijo ya desaparecido, ya muerto, ya dañado. Habitación cero.

No hay comentarios: