jueves, agosto 21, 2014

Callar....

Callar.  Las ardientes hogueras del sol se declinan sobre esta tierra. La fatiga impera en pétalos que se degradan a medida que mis ojos encienden su luz. Callar. Débil regreso al sueño, al sueño de una tarde de verano que entorpece mis movimientos. Cada huella dejada se raja, se difumina como horizonte que he de negar mis cavilar.  Callar. Si , ese silencio de los pájaros cuando la pesadez llega a nuestras manos muertas. Me desvanezco en la sombra agreste de un paraje sediento. Callar. Sí he de callar para cuando la lúcida ventura del alba me de  una bocanada de aliento para ser vertical. 

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