miércoles, marzo 18, 2015

El último viaje...relato

¡Qué arduo y qué angustiosos son los días ¡, pensaba él . Se recogía en sus brazos y con su mirada hacia el infinito ocaso trataba de diseñar su vida en otro lugar . Trataba ver más allá de esas ligaduras que oprimían a su sociedad en el infierno y alcanzar las palabras del universo con toda su fortaleza . Se llamaba Bul . Nombre nacido de sus antepasados cuando eran parte de la naturaleza . Ahora , su nombre era el resoplido de imágenes de muertos , de sangre , de penalidades . ¡Una tras otra ¡.¡Otra tras una ¡. No sabía como sobrevivir . No sabía como afrontar una historia más donde la marabunta  de la desgracia y la masacre  lo hacía estremecerse en un dolor agudo más horroroso en cada aurora . Auroras teñidas de un luto ilimitado , de un luto confuso , de un país sumergido en las aguas negras de  la miseria . Él ansiaba cambiar todo eso  . Pero, ¿cómo ¿ . Desde dentro todo era desequilibrio, todo era ofuscación : pasadizos involucrados  a la oscuridad . El ser humano se agota . Sus pensamientos no más que se  nutren de muertos  cuando  no más que ha visto guerras y hambre . Por ello , él  huyo . Aunque en su mente sobrevolaba la cobardía . ¿Acaso soy cobarde?, se decía una y otra vez. Herido se despidió de su pueblo , dejaba esa tormenta infinita tras de si . Tomo todos sus ahorros y comenzó un largo viaje . Un viaje donde el contraste de paisaje era colosal . Lugares donde la sequía era la soberana que marcaba el ritmo de las gentes ; lugares donde la exuberancia de la vegetación invitaba a erigir a sus habitantes . Pero , ¿cómo? . Todo un paraíso echado a perder. Los amaneceres iban pasando , él se sentía cada vez más cansado . Parecía que  nunca iba a llegar . Llegar a ese puerto donde un barco le esperaba y a cambio de todo sus recursos  lo dejarían cabalgar por las ondulaciones del océano . Habían muchos como él . Desesperados , soñando en lo que el futuro les depararía en esas nuevas tierras  . Y llego . Al principio se sintió un poco desilusionado por la cantidad de gente que como él iban a embarcarse , por lo frío que era el patrón del barco . Comprendió que aquello era un negocio , un negocio donde se arriesgaban un sin fin de vidas . Que más daba ser anciano , niño , hombre o mujer . Todos eran tratado por igual . Subió a ese barco , no pensó en lo frágil que era . Cuando vio donde lo introdujeron ,dentro de ese cascarón de papel, sus ilusiones se vienen en picado . Nos tratan como esclavos , pensó . Pero ya no había vuelta de página , tenía que continuar sin mirar atrás . Todo pasará con celeridad , sólo unos días bajo el sudor , el olor , el hambre y la sed . Sólo unos días que iban derruyendo las expectativas de cada uno de los que se hallaban en ese agujero . Sólo unos días en que la entereza se iba aboliendo  . Sólo unos días en que los sueños iban transformándose en un canto ceniciento . Sólo unos días en que los obligaron abandonar el barco y cada número determinado de pasajeros  los embarcaron en una barca  que posaba en sus flancos . ¿Y ahora qué ¿. Uno de ellos era el guía . Sólo faltaban unos cuantas millas . Unas millas que nos más que fueron un infierno . Unas millas inscripción anónima de cada uno de los que iban pereciendo . No lo soportaron . Sólo quedo Bul con sus ojos ya sin ese líquido salino al ver tantas vidas caer por un precipicio en un mar silencioso. Él sabía que su muerte sería en cuestión de horas. Sus deseos envanecidos, envueltos en un ataúd infinito para la eternidad. No quería dejarse vencer. No pudo. Ya no podía más y poco a poco se fue durmiendo en sus sueños mal logrados.  Su alma se desprendió de su cuerpo como hoja que deja ser parte de un árbol. Lo rodeó. Lo observó. Examino su cuerpo  condesciende con ese plácido océano y lo llevó a las profundidades . Otro mundo . Otro vergel .¡ Aquí esta mi vida ¡ , transmitía Bul a su alma . Una vida que se hastía tras unas auroras inciertas donde no sabes donde esta tu ruta  . Al menos ahora soy libre. Fíjate espíritu mío, aquí no hay miserias , no existe esa autodestrucción del ser humano. El hambre, las enfermedades y la sangre no me esperara en el crepúsculo  Ese era su destino . El alma dolida erupcionó de nuevo en la superficie de esa mar pacífica . Ahora sería guía , sería ese rorcual  que con su quejido agónico daba aviso a los demás . Narraría la historia de Bul en un cantil agudo y apagado . Hablaría a las estrellas de esa fosa común . Ellas serían los cirios   de aquellos difuntos sin nombre .

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