sábado, enero 16, 2016

Aquí les dejo otro fragmento de la novela que ando...........

…Y los gallos repican a medida que amanece. Su canto anuncia el levantamiento de las almas. El día que viene parece mezclarse entre nubes y un azul que los estimula. Los monjes en fila van hacía la capilla a celebrar sus oraciones mientras en el establo todos se elevan ante el crecimiento de una nueva jornada.
-Vamos Juan- dijo el caballero
-¿Vamos? A dónde Albert.
- De caza. Tenemos que cazar.
-¿Cómo? Si yo nunca...
-No importa. Vendrás conmigo y yo te guiaré en dicho proceso. Así en futuras jornadas protegerás mejor a tu familia cuando el ritmo de la vida esta cabizbajo. Cojamos las lanzas y la ballesta ya verás que sencillo resultará.
-Sangre y sangre. Nunca en mi vida he hecho daño a cualquier ser vivo. No, no puedo. Vete solo.
-No. Irás conmigo, hay que sobrevivir. Somos de naturaleza depredadora, ellos nos sirven de alimento. Ya sé que la sangre produce dolor, la violencia pero es una necesidad. Vivir o no vivir esa es la pregunta. Piensa en tus hijos, en tu mujer.
-De acuerdo…de acuerdo te observaré.
Se marchan del monasterio, colina abajo hasta llegar a las entrañas del bosque. Oh, este bosque, piensa Juan. Cuantas angustias he pasado en este extenso encuentro. Mi memoria hace un largo recorrido por todas mis penas, mis dolores, mis sufrimientos. Pero nunca he matado algún ser vivo. Ver mis manos sanguinolentas, que horror. Por qué se empecinará este caballero en llevarme con él. Sé que tras mis espaldas está mi familia y he de protegerla para que sigan el curso de la vida. Pero qué vida…no he comprobado nada bueno solo terroríficas posturas del humano. Qué desastre. Yo que deseaba edificar la felicidad de los que estaban a mí alrededor. Ahora mis manos se llenaran de las entrañas de esos seres que daño no me han hecho. Que prisa tiene este hombre. Cazar y cazar cualquier cosa para nuestros estómagos rebosen de felicidad. Pero como hacerlo. No puedo. No puedo. Me da una lanza y me dice que la lance a cualquier cosa en movimiento. Que no puedo errar. Y lo intento…y lo intento pero no alcanzo a darle. Soy un desastre. El sin embargo a la primera, un jabalí yace moribundo en este espacio que nos rodea. Eso será nuestra comida de hoy, pienso. Lo remata. Me llama. Pide mi ayuda para llevarlo al monasterio. Gotas que caen, peso que he de soportar, sangre de este animal recorriendo mis manos. Sangre y más sangre. A pesar de lo tortuoso que ha sido mi recorrido por la vida me entran nauseas, me da vértigo ver esta criatura de la naturaleza capturada y muerta. Sí, muerta. ..






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