domingo, agosto 21, 2016

Nunca...

Nunca.
No, no…jamás.
Colgar las manos bajo anclas
Que nos abriguen de la luz
Del abrazo atiborrado en la fetidez
De unos ojos que miran, que miran…
El rajar de tu elevación
Más allá del horizonte.
Nunca.
No, no…jamás.
Los pasos perdidos
En un viaje en los huecos de lodos,
De tu palabra arañando
El suceder de los crepúsculos.
Nunca.
No, no…jamás.
El lamento de las alas
Que con su encanto surcan
Nuevos mares
Donde el yo flota
En las cristalinas calmas
De su entereza.



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