martes, abril 03, 2018

Manos...


Manos. Miradas ausentes entre los oleajes continuos de los pasos. Nos perdemos bajo astros protegiéndonos del don de los besos. Abultados espacios concurren como sombra perenne esparcida al vaivén de los vientos.  Solitarias canciones se encogen a medida que el tiempo se desviste de su tic-tac, tic-tac…se enciende una vela y remotos deseos palpan el rostro empobrecido por tercos desiertos. Y  aquí estamos, desveladas, consumidas en la sempiterna deshojar de un almanaque callado, indeciso. Manos. Miradas a través de náufragas singladuras de almas abatidas. Silencio, mucho silencio…

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