sábado, septiembre 15, 2018

No sé por qué...


No sé porqué, las miradas se cruzan en esa caricia de puentes estrechos sin aire. Nos desnudamos y mudamos nuestra fuga lejos, donde los párpados con velo eclosionan el rocío de los besos. No sé porqué un reloj se estanca en su tic-tac y somos alas imperfectas del tacto atrapado en los luceros del amor. El muelle cercano y no sé porqué damos un paseo, barcos gigantesco que no sabemos a dónde van, de dónde viene pero qué más da, no interesa. El calor aprieta y la danza de los transeúntes son posibles caras conocidas, desconocidas manejadas por la rutina de la mañana. El mercadillo deshabitado de flores, de aromas, de los olores de antaño solo un pan de leña, un queso de la cumbre nos lleva hasta ellos. No sé porqué atendemos a nuestros secretos, a nuestro ayer ¡Para qué¡  me digo, te dices y nos asalta la risa. No sé porqué, no comprendo, no comprendes de lo complicado del aire que respiramos. No sé por qué nos abrazamos, no más.

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