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Algo
ha picoteado la ventana en esta mañana. Una mañana primaveral donde el roce un
firmamento azul se vuelve ventoso. Voy hacia ella. Una pardela perdida de las
mareas de sus tesoros. La miro en la tonalidad grises de su plumaje, no es muy
grande. Observa tras los cristales con un gesto indeciso, nervioso. Siento su
llanto, su llanto que te lleva a las agonías de las tierras, a las diferentes
escalas en que todos convivimos. Escales que pueden ser aterradoras,
sorprendentes, inimaginables. Desde aquí, desde la distancia de la isla solo
somos un tacto sutil de cada bocanada de noticias tremendas, aborrecibles. No,
no es que estemos aislados es que conversamos con los que nos viene de afuera
con nuestros adentros. Disimulamos la despedida de toda esa gente en un rito de
dolor, en un rito de lágrimas y alzamos pañuelos negros, pañuelos blancos según
su destino, según su procedencia. Una pardela, es curioso, picoteando la
ventana. No la abriré, el miedo la puede asesinar. La playa está cerca, ya
encontrará su lugar. Sí, su lugar entre riscos agrietados y una arena donde
dejará sus pisadas, sus diminutas huellas ¡Ann¡ ¡Ann¡ lleva a tus hermanos a
jugar a la calle. Algo intuía , pero deseaba que no fuera cierto. Ellos jugaban
y jugaban, yo observaba todo a mi derredor. El esposo detenido, una camilla con
un cuerpo cubierto por una sábana blanca salía de la casa. Miro ahora esa
imagen en cámara lenta ¡Sus ojos¡ ¡Vecina¡ ¡Vecina¡ Todo me daba vueltas, mis
hermanos, madre, la pelota y la sangre. La pardela picotea por última vez la
ventana y se va, mi mayor anhelo que llegue a su lugar ¡Vecina¡ ¡Vecina¡ porque
vuelve a mi esa voz, no lo entiendo. Miro el paquete sobre el sillón y voy hacia
él, tal vez me distraiga. Quiero borrar en estos momentos donde miro el ayer
esa fotografía, se llevan a una mujer con una sábana manchada de sangre tapándola
¡Vecina¡ ¡Vecina¡ Su voz…la tengo aquí y aunque nunca se dejará ver todo queda…lo
malo, lo bueno…lo bueno, lo malo…¡Ann¡ ¡Ann¡ regresa a casa. Obediente vuelvo
con mis hermanos, no hay nadie o el silencio es tan sepulcral, tan de luto que
el miedo me apresa…CONTINUARÁ
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