viernes, junio 05, 2020

ANN...10(CONTINUARÁ)


10
Algo ha picoteado la ventana en esta mañana. Una mañana primaveral donde el roce un firmamento azul se vuelve ventoso. Voy hacia ella. Una pardela perdida de las mareas de sus tesoros. La miro en la tonalidad grises de su plumaje, no es muy grande. Observa tras los cristales con un gesto indeciso, nervioso. Siento su llanto, su llanto que te lleva a las agonías de las tierras, a las diferentes escalas en que todos convivimos. Escales que pueden ser aterradoras, sorprendentes, inimaginables. Desde aquí, desde la distancia de la isla solo somos un tacto sutil de cada bocanada de noticias tremendas, aborrecibles. No, no es que estemos aislados es que conversamos con los que nos viene de afuera con nuestros adentros. Disimulamos la despedida de toda esa gente en un rito de dolor, en un rito de lágrimas y alzamos pañuelos negros, pañuelos blancos según su destino, según su procedencia. Una pardela, es curioso, picoteando la ventana. No la abriré, el miedo la puede asesinar. La playa está cerca, ya encontrará su lugar. Sí, su lugar entre riscos agrietados y una arena donde dejará sus pisadas, sus diminutas huellas ¡Ann¡ ¡Ann¡ lleva a tus hermanos a jugar a la calle. Algo intuía , pero deseaba que no fuera cierto. Ellos jugaban y jugaban, yo observaba todo a mi derredor. El esposo detenido, una camilla con un cuerpo cubierto por una sábana blanca salía de la casa. Miro ahora esa imagen en cámara lenta ¡Sus ojos¡ ¡Vecina¡ ¡Vecina¡ Todo me daba vueltas, mis hermanos, madre, la pelota y la sangre. La pardela picotea por última vez la ventana y se va, mi mayor anhelo que llegue a su lugar ¡Vecina¡ ¡Vecina¡ porque vuelve a mi esa voz, no lo entiendo. Miro el paquete sobre el sillón y voy hacia él, tal vez me distraiga. Quiero borrar en estos momentos donde miro el ayer esa fotografía, se llevan a una mujer con una sábana manchada de sangre tapándola ¡Vecina¡ ¡Vecina¡ Su voz…la tengo aquí y aunque nunca se dejará ver todo queda…lo malo, lo bueno…lo bueno, lo malo…¡Ann¡ ¡Ann¡ regresa a casa. Obediente vuelvo con mis hermanos, no hay nadie o el silencio es tan sepulcral, tan de luto que el miedo me apresa…CONTINUARÁ



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