martes, enero 11, 2022

ESTÁS...




Estás…no estás. Pero  te encuentro en la recurrencia sigilosa del dormitar. Cuando mi cuerpo ausente cabalga sobre nubes blancas de los sueños. Y es que te sueño, no sé por qué. Un pedazo de ti se ingiere en mi conciencia y cuando duermo me visitas. Así, con tus ojos límpidos. Así, con tus labios prietos. Así, con tus manos en la sombra de las mías. Estás…no estás. Pero te hallo en el corazón, en esta alma cuando despierta y estira la mirada más allá de esta isla. Sí, de esta isla donde el oleaje me contiene como soga ardiente que no debo pasar, que no debo nombrar. Y creo que estás, escribiendo un nombre donde las arboledas transparentes de mi existencia. Estás..no estás. Viajo en raíles donde la hierba fría me habla y con el miedo que me prohíbe llamarte. Todo es sencillo. Todo es doloroso. Mientras me inmiscuyo en si estás y si no estás. Mientras subo tranquila donde el tremor de mi callada manera te llama. Como helada de una estación converso con tu silencio. Como acantilado donde los barcos cantan ante la desesperación me incorporo de la cama y no te hallo. Estás…no estás. Un dibujo trota por mi mente. Una canción rebota en mis manos, destrozadas de tanto y tantos pozos negros embestidos a mi ritmo. Me detengo…estás…no estás. Me es igual, te quiero.


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