jueves, noviembre 13, 2025

HABITACIÓN CERO( NARRATIVA)29

 

29

Habitación cero. Habitación de paredes blancas. Habitación de suelo gris. La claridad de la jornada quiere marcharse y de repente un silencio inaudito penetra en la habitación. Estamos aquí, tu visión se pierde donde mis ojos no pueden llegar. Te llamo y no hay respuestas. Parpadeas, lates e inmóvil en el silencio oscuro logras alcanzarme.  Estamos aquí, mi voz, tu callar y una noche que quiere vencer a la tarde. Temblor. Continua la isla vecina con las desavenencias de la madre tierra. Es qué tanto la hemos castigado. Es imperdonable. Los casquetes caen. El deshielo se pronuncia como amargo destino de nuestro de hoy, de nuestro mañana ¿Y los sueños ¿ Vendrá cuando tomamos la compostura fiel agarrados en nuestro estómago, en nuestra mente? Estamos aquí y te pienso, intento esbozar lo que por tu cabeza pasa. La nada. Sonríes. Mantienes tu actitud hasta el final de este viaje donde los pájaros ahora cantan. Estamos aquí en esta habitación de paredes blancas y suelo gris. Estamos aquí, en esta batalla vencida por el desdén de la existencia. Me siento frente a ti en esta silla. Esta silla aguantando todo mi dolor, toda mi pena. Una lucha inconcebible me arrastra calle abajo donde los ecos del llanto son tormentas desfigurando mi compostura. Qué más da. Aquí estamos, solas. El viento sur de vez en cuando sopla con fuerza, un viento que traerá mal tiempo en este mes de noviembre. Todo es cíclico madre, todo. Todo se repite sino aprendemos de nuestros errores, las guerras, el hambre, la sed, el odio implantado en nuestro crecimiento y cuando llegamos a la adultez nos desbaratamos con los inocentes. Sabes, al principio todos somos inocentes, como este mundo echo de materia interestelar. Qué cometa habrá traído el agua, la vida, que bacterias y microorganismos han fermentado en ese caldo de cultivo hasta lo que somos hoy. Fíjate, madre, mira el cosmos. Somos mujeres, mujeres calladas. Conversamos con nosotras mismas más allá de esta dimensión, un viaje por el universo de nuestros mundos distintos bajo nuestros puntos de vista y vemos esa lejanía…esa lejanía eterna. A pesar de esas diferencias estamos aquí, esta habitación de paredes blancas y suelo gris, esta habitación donde se consumen tus soles, tus lunas…tus horas. Estas horas que no existen más allá de este ínfimo mundo. Un mundo herido, maltratado. Los bosques salvajes caen presa de del ruido de nuestros mazazos. Que venga…sí, que venga la fertilidad a este planeta caído, roto. Son tantas cosas…tantos desbarajustes que no terminaría de contarlo, es como me hundiera en un mar de plásticos y no pudiera respirar. Temblor. La tierra se estremece, ¿lo sientes? Es sutil y aun así nos afecta, el miedo arrasara a los rostros, pálidos, idos. Perderlo todo. Así nos sentiremos, miraremos el abismo con sus monstruos y fantasmas el resto de nuestras vidas. Mi voz se vuelve insonora ante ti, una voz de adentro, de este interior que se mezcla con los sonidos del derrumbe. Me derrumbo y no se del porqué esta tristeza mía.  Y no sé por qué de esta apatía revolcándome en una lágrima eviterna. No madre, no. No puedo apartarte de mí, este duelo particular mío. Soy como una niña insensata, desganada cuando nuestras rutas se desvían. Peces inflados por el PH de los mares. Ojos sueltos devorando nuestra conciencia. Temblor. Habitación cero. Habitación de paredes blancas y suelo gris.

 

 

 

 

miércoles, noviembre 05, 2025

HABITACION CERO(NARRATIVA) 28

 

28

Dentro de unas horas amanecerá. Viene con todo su brío el sol padre de este ínfimo planeta que gira y gira entorno a su azul bello. Antes de ir donde la madre siento la necesidad de ir de nuevo a esa cueva numero nuevo del Risco Caído. Una necesita donde la muerte temprana de esos amantes los condiciono para el hoy de su leyenda. Son ellos los que huyeron de las inclemencias de unas ideas. Son ellos los que no escucharon las palabras del poder , de las Hemeriguadas cual condenaron la insolencia, esa huida. Son ellos los que no tomaron las medidas que rectaban en esa sociedad aborigen. Ellos, los huidos, de distinta escala, de distinto trono guanarteme ascendieron por el monte hasta donde fueron sacrificados de inanición. Esclavos de las leyes que prevalecían en su comunidad murieron en el abandono vigilado por otros aborígenes hasta el final. Ello imagino el rito de las sacerdotisas ante este suceso cuando la pubertad de ellos era renaciente. El , en una noche de luna huida la fue a buscar cuando ella , aislada, suplicaba por salir, por escapar. Se la llevo de la mano. Si , le agarró fuertemente la mano y juntos emprendieron ese viaje del no retorno. Son ellos, los que huyeron ausente de la pena de sus poblados donde nadie los viera. Son ellos, tomaron la decisión hasta el final. No se arrepintieron , no hubo lamentos solo querían estar juntos. Y las maguadas los condenaron, no hubo perdón ante la desobediencia. Son las cinco de la mañana, voy donde el amor eviterno sembró el carácter de estos dos muchachos. Y la historia pasará por ellos con este descubrimiento, serán muchas ideas del suceso, pero yo me quedo con la mía.

Espérame, yo iré a búscate cuando la luna redonda no nos acompañe. Espérame, te sacaré de donde estas recluidas con el silbo de mis entrañas y sabrás que soy yo. Nos marcharemos donde ni Dioses , ni Diosas nos persigan, nos observen. Espérame , la noche sin luna está próxima y te daré de la mano sin que nadie nos vea…sin que nadie nos vea. Seremos hijos de los montes. Seremos hijos del viento. Seremos hijos de los astros. Seremos hijos de la lluvia. Seremos hijo del fuego que dará tibieza a nuestros cuerpos cuando el Magec despierte. Y fue, fue a por ella. Se fueron por este recorrido que imagino y de donde parto hasta la cumbre y allí ante el grito de sus superiores se escondieron. No por mucho tiempo, hasta la muerte. Sigo el sendero de estos amantes jóvenes guiada por mi única brújula, el conocimiento de la isla.  No sé porque esta historia me ha impactado, tal vez se viva en algunos puntos del mundo hoy en día, en este presente que no es tan presente, que no es tan avanzado para muchas culturas. El armamento debería de fulminarse, caer ese dinero malgastado en otras causas. Hambre y sed, y la conciencia desfavorable para muchos…más de lo que pensamos. Eres tu…si, eres tu el monte donde los amantes desparecieron en una estación precoz, a una edad precoz , antes de saber de la vida en la condición de sus costumbres. Oh, pobres inocentes, se cayeron cuando todo se veía hermoso, cuando todo conversaba con ellos y la madre tierra. No os diste cuenta…hasta la encerrona, hasta el castigo de vuestros padres, de vuestras madres. Nadie os defendió, todos os culparon y de espaldas os dejaron en vuestras rejas del amor hasta la nada, hasta la muerte. Habitación cero. Paredes blancas. Suelo gris. Madre estoy aquí en el monte y mi mente viaje en este instante de tiempo a ti. Continuamente estás conmigo y yo estoy contigo en este rumbo donde la existencia nos cuelga del árbol de la vida. Un árbol donde sus raíces nos besan para después encontrarnos. Tus suaves manos. Mis manos hostigadas. Me complace tocarlas, palpar ese momento en que tu y yo somos una sola.

 

 

 

domingo, noviembre 02, 2025

HABITACIÓN CERO (NARRATIVA)27

 

27

 Da la impresión como si yo no te dejara marchar a esas esferas donde los ojos , apagados, son trago de una despedida. Me siento , aquí, al lado tuyo y nuestras manos se saludan, se abrazan con un beso prolongado en esta fea enfermedad. A veces, no lo quiero reconocer. Manifiesto una sensación que me dice, aléjate y otra que me dice quédate. Siento la necesidad de irme y dejarte   y que el tiempo dicte sus normas sobre ti, sobre mi…sobre nosotras. Esta habitación de paredes blancas, de suelo gris me crea una añoranza, una nostalgia una recaída en esa tristeza mía y solo mía que me abate, mortificando mis sensaciones. No. Y es que no soporto este estado en que estas, esta vuelta a la esquina donde de repente la entereza se rompe, se destroza en la caída en mundos abisales donde no te reconozco, donde no logro entender. Tal vez, sueñes. Si, un sueño en estos momentos que estoy aquí. Sí, un sueño de esperanza de un quizás , un mañana nos reunamos en el hábitat del adiós. Mientras te contemplo, examino cada rasgo, cada movimiento de tu estado y concluyo que te irás,  no se cuándo. El preciso momento donde todos tus ánimos se concentren y digan basta. Mientras yo aquí, sentada a tu lado en esta habitación de paredes blancas y suelo gris. No te das cuenta de mi columpiar entre la nada y el vacío. Sí, esa nada y vacío que en esta etapa de nuestras vidas nos vuelve invisible a todo suceso que transcurra. Te quiero madre mía. Deseo lo mejor para ti. No quiero que sufras. Como se dice las madres son aquellas que tragan todo sufrimiento , todo mal estado, todo desequilibrio de sus hijos. Sí, tu eres una madre. Una madre que con sus silencios llena el albor de una jornada nueva donde tenemos que caminar. Aun estás aquí, te narro todo lo sucedido en el día. Abre tus ojos, me miras, una mirada que se apaga, que se enciende. Una respiración que se pausa para luego continuar en este juego de los humanos. Sentada , aquí a tu lado en esta habitación cero. Mojo con una gasa tus labios, secos. Mojo con una gasa suavemente tu rostro y te es agradable. Veo una sonrisa y se que me escuchas, sientes todas las maneras que estoy como si transfiera todos mis pensamientos , todos mis continuos movimientos a tus sentidos. Es otoño, si un otoño marcado por una temperatura agradable mientras la isla tilita el síndrome de su origen vulcanológico . Dicen las noticias que han asesinado a una poeta. Una poeta que expresa todo lo sentido en sus letras, en su voz. Aun ando sola, ahora a estas alturas no tengo ganas de expresar mi amor. Lo único, designo lo que es bello, lo que es hermoso para mí. Estos años de nuestras soledades ha sido un apilamiento para nuestras costumbres, nuestras manías, nuestro rincón. Ese rincón del cual no queremos salir. Ya no vibramos como antes, esa primera experiencia se olvida, se guarda como desajuste de nuestras edades. Designo bajo mi punto de vista lo bello o lo bella que puede ser una persona. Designo bajo mi punto de vista lo bueno o lo mano considerado de ese ser y estar. Designo bajo mi punto de vista , de ese exterior que nadie conoce, que nadie tiene permiso lo esquicito y lo amargo de cada ser humano. Yo me quedo con tu perrita. Mírala. Mírala en esta foto como está actualmente. No te diré que te echa de menos, aunque tu lo sepas. Tu amor por reino animal, por el reino vegetal fue tan sublime, tan culminante que todos hemos heredado tu pasión.  Pero, todavía…Sí, todavía hay desastres, matanzas , culturas donde lo ancestral , lo arcaico ha quedado sirviéndoles como diversión. Siglo XXI. Pensamos que estamos en una sociedad avanzada, pero solo ver como tratas a la naturaleza y todo lo que abarque dice de nosotros. Habitación cero. Habitación de paredes blancas, de suelo gris. Estoy aquí, a tu lado. Ronroneo cada fotograma de nuestra existencia, es tiempo.  Un tiempo que no sé qué será de él. Hoy en otoño, en la noche de finaos esos que cantaban para apagar sus amarguras, que compartían sus manos para el desaparecer de las penas. Sí, cantemos. Un canto involucrado en este lugar, aquí a tu vera, a la verita tuya. Te suena. Habitación cero. Una habitación de paredes blancas. Una habitación de suelo gris.

 

 

 

 

lunes, octubre 27, 2025

HABITACIÓN CERO (NARRATIVA) 26

 

26

La llamada. Las sombras de la madrugada suenan. Descuelgo, en otra dimensión, al otro lado el hijo de Tragalunas. Tranquila, sin el asombro del temor de esa llamadas a horas impropias le pregunto por su nombre. No se su nombre. Y que son los nombres sino un leve suspiro que nos codifica en el día a día a ser hijos de este mundo. Edurt, me llamo Edurt. Meditabunda y errante del espacio de esta casa le pregunto que pasa. Con la celeridad de los minutos, de los segundos viajo hasta Lobos en mi mente. Me narra como fue su nacimiento sin motivo aparente. Unas ganas de consuelo o no, una soledad que a veces se hace insoportable noto en su voz, esa voz no definida en mi vocabulario. Una noche , cuando la isla vacía de estrellas por una tormenta nací yo. Mi madre , sola, con la tempestad royendo el oleaje en una impulsividad caótica, nací. Así cuenta mi padre. Así se lo narró ella. Sola. Con el grito del silencio de los grillos, de los lobos marinos. Ausente de cualquier ayuda, cualquier auxilio en el parte. Y yo soy como esa tormenta, los tormentos me abaten, me dan con fuerza. Aquí estoy al teléfono , hablando contigo. Espero que no te halla asustado. Ya sé, no son horas. Sus ojos señora. Sus ojos me dan pie a la confianza. Solo quiero que me escuche en esta noche de otoño donde la luna blanca parece invitar  asa amistad de miradas, de aprobación con cada una de tus cualidades, características. Usted no me conoce, yo, tampoco. Y sus ojos dan la confianza de aquellos que gritan, sufren en la noche. Sí, nací una noche de mal tiempo y ella sola. Ese día mi padre no pudo ir Lobos por esa irrazonable forma de ser de la marea. La noche siguiente, noche de luna , acudió. Se aterrorizo mucho. La sangre. El quejido de mi madre. Mi llanto. Hizo lo que estaba en sus manos por tomar el orden. Dice que lo primero que hizo fue acercarse a ella mientras mi llanto era sonoridad desquiciada. La examino como quien analiza un adiós y logró salvarla. Mi padre, Tragalunas, un simple pescador de las noches de luna , la rescató de lo que podría ser su fin. Después fue a y me acogió entre sus brazos. Me puso en el pecho de mi madre y dice que los ojos de uno sobre otro hicieron que  los pájaros en la madrugada trinaran. Ello los llevo a la ilusión. Le rogó porque no se venía con el cuando estuviera más recuperada, dijo que no. Está isla donde las olas rompen hasta tocarla con la yema de los dedos era su casa. Dice que no supo que hacer. Entró en silencio, frente a ella y una luz azul especial entró en la casa hasta rodearlos. Dice que esa luz con forma humana danzó con un canto gutural por unos instantes y después se difuminó. Y mi padre comprendió de su mensaje. Cuando todo estuvo en calma retorno a la isla. Esta isla que ahora se balancea en un temblor. No lo siente señora. Sí, Edurt. Sin más cuelga. Sin más esa palabra perdida en la nada me hizo pensar. Su historia fehaciente es la magia de un amor, de un amor oculto. Me acerco a la ventana y observo esta luna otoñal y aunque el no lo sepa le aprecio. Si, un aprecio que duerme sobre mis espaldas hasta el fin de nuestras existencias. Veto mis ojos y sueño. Un sueño cálido, grato, con el gesto soportable que nos queda mucho por aprender y que este mundo todavía…si , todavía, es un misterio. Y , el o ella, le he cogido cariño. Todo puede ser. Almas ambulantes en un aislamiento monótono expresando la sed que la memoria nos trae. Agarro bien esta memoria. Agarro bien esta vida y vuelvo a esa habitación de paredes blancas y suelo gris.

 

 

 

 

domingo, octubre 19, 2025

HABITACION CERO ( NARRATIVA) 25

 

25

Aunque la brevedad del tiempo nos acompaña, estamos aquí. Sorteamos los baches de cada jornada cuando nos encontramos en esta habitación cero. Un grito me acongoja, el mío propio. Se erige en vendavales desatados por tu mudez. Intento desnudar cada gota del aliento de tu mutismo. , de crónica desmotivación y soy recurrente al adiós. Y ese adiós cualmina en días prolongados donde rondan cuervos en el sin sentido de las pisadas. Tu expresión se vuelve afilada, dirigida donde las aves no cantas, donde las ballenas agonizan en su final. Tu vida, tu ayer, se vio vista de acontecimientos importantes. Viste como se calló la dictadura , como la civilización fue avanzando, como se curtía los cuerpos al son de las olas. Como el derecho se fue invirtiendo en la igualdad de hombres y mujeres en este país. Sí, en este país. Aunque, todavía, existan desacuerdos, injustos poderes que engarrotan a la mujer. Las mujeres, siempre apartadas de los logros, de las victorias, de los descumbrimientos, de hacer de su camino digno entre las cenizas al rojo vivo marcadas por una sociedad. Y las hubieron…Se nos miraba y aun queda restos que quieren volver como algo inferior, algo incapaz de actuar o pensar por su propia iniciativa o acción.Pero hay países y países. Todavía existen torturas a este genero . Mujeres olvidadas. Mujeres inexistentes. Mujeres rehenes de la obscura desembocadura del hombre. Un ayer marcado como mujer correcta, su casa y la crianza de sus hijos entre calderos , platos, cubiertos y limpieza para cuando el , si. El llegara a casa. Todos  a la mesa, corriente de pies desnudos se arrinconaban en la hora del almuerzo como una unión inextinguible. Pero todo acaba…todo finaliza. Toda educación comienza en los hogares, es base de la herramienta para constituir generaciones venideras. Yo aquí. Tu aquí. Yo y tu aquí en la diversidad de esta isla. Miro esta tarde de cielo celeste ideal y se escucha de un tal cometa , de un tal Atlas 3AI. Qué significado tiene en estos momentos donde estamos en la brevedad de los días para nosotros. Un fósil viviente, traerá noticias más allá de nuestro sistema solar. Miro esta tarde el cielo celeste impoluto que nos protege de la materia oscura que anda más allá de esta gravedad. Es impresionante en este ahora donde yo aquí, tu aquí, nosotras aquí estemos unidas en el proceso de la despedida mientras el universo juega al azar. Que grande es nuestro existir. Si, no debemos menospreciarlo cada pequeña vida surgida en este planeta. Puede que ese cometa contenga algún resto de agua, de metano posible de alguna manera algún tipo de vida. Y que vida sería ese, distinta a nosotros, más desarrollados, menos desarrollados, más inteligentes, menos inteligentes. Que tipo de organismos fluye en la oscuridad del universo, no lo sabemos. A veces es mejor no saber, sin caer en desánimo.  Yo aquí. Tu aquí. Yo y tu aquí. Habitación cero. Estoy desde el ventanal de tu habitación de paredes blancas y suelo gris y sigo las voces de la tarde. , de la tierra. Muchas voces. La voz del viento. La voz de los pájaros. La voz del tráfico. La voz de los llantos de la injusticia. La voz de la alegría. La voz del adiós. La vos de un árbol Me fijo en ese árbol, no tiene frutos, su hoja es perenne como la climatología de la isla. Se balancea suavemente mientras una brisa afable acaricia mi rostro. Los árboles narran historias, narran leyendas como testigo casi perpetuo del paso del tiempo Yo aquí. Tu aquí. Yo y tu aquí ante la brevedad del tiempo. Te pongo mi última composición para que me recuerdes, para que despiertas y tus ojos incidan en los míos., para que sepas que estoy aquí con mi mano agarrada   ala tuya. Dejas entrever un suspiro y emerges en el sentido del silencio. El silencio…venga el silencio. Miro otra vez ese celeste impecable cielo e imagino ese fósil viviente, el cometa pasando ante nosotros, ese desliz del universo. Me hallo tranquila en esta pausa de la realidad cotidiano, estoy aquí, en esas tierras profundas de tu mundo. Me implico en ti, mi mente toma la celeridad de toda una vida. Una vida de errores pero también de aciertos, de penas y alegrías. Una vida en la que hay que aprovechar cada pedacito de su sustancia como forma de convivir con el mañana. Habitación cero. Paredes blancas . Suelo gris.

 

 

 

 

 

viernes, octubre 17, 2025

HABITACIÓN CERO (NARRATIVA) 24

 

24

Abrir los ojos. Mirar a tu derredor. Las olas, incansables, perpetuas, en el infinito de su aliento. Sola. La arena. La orilla. Tendida en medio de un otoño donde la playa vacía se ramifica en mis sentidos, verticales. Mirar a la bóveda celeste. Un cielo límpido y puro me absorbe, me atrae como presa de un arco de colores después de la lluvia. Una gota liviana, frágil resbala por mi tez, por mi vientre, desinflado, deshabitado de ánimo. Siento el hormigueo de las olillas que llegan a mis pies, desnudos. Un reflejo de un ser abatido, caído. Una guerra terminada cuando se pensaba en la eternidad de su daño, de esas penas de los danzan con las balas de la muerte, con los fantasmas de los desaparecidos, con la sangre en sus palmas cuando las miran y es que no pudieron salvar, rescatar de la rigidez de las tumbas anónimas. El regreso a casa, a ese hogar, a esa ciudad donde una humareda de destrucción los agolpa en un miedo ya ido solo, el tormento. Se ven como extraños, como forasteros de un lugar desconocido entre nieblas y penumbra, entre miseria y hambre. Me duele la cabeza. Un sudor apuñala mi espalda, mi frente y despierto. Estoy en el salón, una tenue música ambienta mi hogar y siento mareos, fatiga. Una punzada me encorva y voy directamente a vomitar. Y es que no soporto los restos de una guerra, de una matanza inexcusable, de un golpe en las sienes donde si sobrevives serás hijos de las tormentas, de esas borrascas endiablada en su ruido sórdido. Te sentirás caído, caída cubierto por ortigas que treparan hasta ahogarte y cuando la noche llegue te cubrirás en tu cama o mejor dicho en un lugar con el miedo que suenen las sirenas del horror. Pesadilla. Delirio. No sé como enforcarlo. Aturdida, dejo de vomitar, voy a la cocina y abro el grifo del fregadero. Dejo correr el agua. Bebo de esa agua sin pensar, sin detenerme a si se puede o no beber. Me refresca. Un escozor despeina mi verticalidad, me desplomo. Ojos que observo. Ojos que imagino en una pena torturante, en una pena fosilizada para el resto de sus días. Esa situación me incomoda. Y es que la salud se pierde, la salud en su todo , ya sea física como psicológica. Agárrame fuerte le digo a esos ojos que observo, mira mis manos, están limpias, no tiene manchas de daño sino de una larga pena. Agárrate a mis pisadas, a estos pasos eclosionando donde las nubes dibujen afectos agradables, gráciles para tus sueños…si es que tienes sueños. Es de madrugada, mes de septiembre, la luna se ha asomada a este chiquito planeta convulsivo, aburrido. Los estragos de las guerras son perdurables, inagotables, murmurantes como cuando rompen los espejos al mirarnos y nos cortamos al coger un pedazo de ese dolor fragmentado cada estructura en pena. Somos seres de la lástima, de un lamento insonoro pero existente, recogidos donde nadie nos ve. El móvil. Suena el teléfono y es de madrugada. Me enderezo pero dejo que el agua del grifo del fregadero siga corriendo. Voy al balcón, me asomo. Oh . luna de los desaparecidos, de los desamados, de los huidos, de los muertos de este mundo. Si, oh, luna , tan inerte, tan fría, tan lejana. Me declaro cobarde. Sí, cobarde. Suena el teléfono. Todo este nocturno de luna clara es gris. Sí gris como esa habitación de paredes blancas y suelo gris.

domingo, octubre 12, 2025

HABITACIÓN CERO (NARRATIVA) 22

 

23

Una bocanada de alivio trepa por mis arterias cuando cuelgo. Temblor. Todo corre , todo se raja y después la quietud. Me detengo. Me sostengo y caigo como pájaro herido en el sofa de inmediato me levanto y salgo a la calle. El pánico a envuelto también esta isla por un pequeño instante y logro comprender que todos estamos unidos por esas raíces de la tierra como manos que se cruzan en las miradas, de temor, de calma llegada y pronunciamos , todo está bien. Si todo está bien. Todo es correcto , solo un susto que viene de ese pacto con la isla vecina. Camino, no se habla de otra cosa, todos abismados ese movimiento sísmico con epicentro lejos…muy lejos o no tan lejos. Solo, un aviso de la vulnerable que somos. Voy al parque más cercano y bajo la sombra de un árbol donde grullas descansan yo también descanso. Un descanso corto, un descanso efímero , desaparece cuando mi cuerpo me lleve de nuevo bajo mi techo y mis manos se posen ante un libro, ante el pieno, ante cartas inconclusas o no de algún amor perdido en el camino de mi destino, de mi vida. Mi vida, que ilusa, entre cuatros paredes mientras mi madre, la madre de este ser de una soledad elegida se precipita en una larga despedida, en una habitación de paredes blancas y suelos grises. El dormir me viene, intento alzar mis parpados pero no puedo y es que es imposible, es tan bonito el día a pesar del suceso, del temblor que aquí, tirada en la hierba fresca , es como si me tragara un sueño solemne. De aquí escucho el rubor de las campanadas de la catedral, una catedral que ha visto el paso de la vida en la historia de su construcción. Muertes, mentiras, acusados, culpados, presos y el látigo infernal de la inquisición. Esta plaza Santa Ana. Ahora, en este ya parecen como leyendas oscuras, historias ocultadas tras las paredes de piedra de este imponente construcción.Ay, mis enamorados, que hubiera sido de ellos si hubieran vivido esos siglos oscuros, nublados, de una limpieza de toda idea contrarias a esos que se dicen por el nombre de Dios. Y aun queda restos, aun hay gentes condenadas a vivir con esas formas de pensar, con esa forma de actuar. Algo ha quedado el poder de las religiones sobre los pueblos desbarata cada sensatez, cada honestidad como humanos. Nos hacen creer que somos aire de esa ambición, pero no . No hay Dioses, solo aves en el aire, solo cetáceos en los mares que nos cobija de la tiranía cuando dicen venir en nombre de ellos, las matanzas, el hambre, la deshidratación. Observa mi niña, ahí una fuente de donde puedes beber y beber hasta saciar tus penas. No hay peligro. Despierto , es mediodía, no hay nadie solo yo, solo las garzas, solo este árbol que me da sombra y en mi mente una habitación de paredes blancas y suelo gris. Susurro una canción, me viene en ganas de cantar. Ahora, ya, cuando nadie me ve. Un círculo de gentes sentencia en esta plaza. Un círculo que parece homogenizarse en demonios danzantes que gritan y gritan ante las bases de una dictadura empecinada en el odio as sus iguales.  Dejo los acontecimientos históricos y me arrincono en esos amantes, se quejaban, ateridos por el miedo y abrazados sus cuerpos permanecieron así para el restos de los siglos. Y quien murió antes. Y quien murió después. Los mataron, se dejaron ir. Todavía queda una pesada y enmarañada investigación que sobrevolará mi imaginación y la de otros hasta llegar al cuasi invento de sus muertos para establecer un acuerdo. Temblor. Se siente otra vez, las bocas de la isla vecina se abren como lengua descomunal barriendo todas sus construcciones, toda su naturaleza.