domingo, abril 20, 2008

Un cuarto oscuro
Donde oscila la tempestad
De los agrias acaricias
Antes de la despedida.
Te vas con tus alas mutadas
En un vuelo ceniciento,
En un vuelo de amargura.
Tu mano sobre mi pecho rajado,
Tus labios sobre el adiós
Y el confín del universo
Dividiendo este amor.
Ya no suenan las campanas rígidas
Del aroma a lavandas.
Ya no suenan los tambores míseros
Del deseo intenso.
Las ilusiones corroídas,
Alejadas de las cadenas de la pasión
Y, la muerte, esfera donde la hojarasca
Hace temblar nuestros corazones.
¡Ahí de mi ¡
¡Ahí de ti¡
Pasos agigantados se entristecen
Al son de una hoguera extinguida.

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