jueves, julio 03, 2008

Ayer


Ayer visité la polvorienta nevada
En los cráteres del sin sabor
Y pregunté por aquella amapola
Que esculpe cada sueño de mi nocturno
En un oleaje rompiente en sólida esperanza.
La respuesta era una pena en una espera
Que se embarca por tierras movedizas.
Luna de mis encuentros
En el paraje melancólico del anhelo
Me convierto en mujer de lava,
Piedra viva arrastrada al dolor,
Corazón torturado
Por el seísmo de su callar.

No hay comentarios: