Arriba, si muy arriba
Donde los soles
Nos condicionan los pasos
A través de la mirada ausente.
Nubes creyentes de la huída,
De la ida de la huella
Sobre mármoles fríos.
Sin embargo, la emoción de estar, de ser
Nos convencen que hemos de continuar
Por ese laberinto cuyo aliento
Es camino a tomar.
Los astros se escabullen.
La mar azul.
Y la belleza es luz
Que enciende las llamas de ese andar.
Un andar lento pero seguro
Sobre las cuerdas flojas de la vida, de la vida.
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