martes, abril 01, 2014

Una habitación....

Una habitación. Es la tarde. Los rayos solares penetran. Hay dos sillas. Dos seres sentados de espalda.
Xx: No. No te acuerdas de mí. Vengo de un ayer donde la sombra negra se tatuaba en tu cuerpo, en el sentido que danzabas sobre la vida. Te miro. Me miras. Y en la extrañeza de mirada está la huída. No, no huyas. No he venido para nada malo. Solo quería observar como sonríes ahora.
Yy: No. No recuerdo ¿Quién eres? Mi ayer dices… Nubes pasadas en la que solo un vago presentimiento maligno me hiere. Pero no. No recuerdo ese ayer del que tú me dices. Es como. Yo que sé. Es como si me memoria se hubiera borrado y hubiera renacido otra vez. Por ello me siento incómoda. No sé si seré prudente. Pero me gustaría saber que fue de ese pasado. Dime, dime ¿Quién eres?
Xx: Tú estabas muy mal. Sola con una copa. Sola con una obsesión. Eras huída. No te atrevías hablar. Me entiendes. Me explico. La comida, huías de la comida a lo mismo que te sentías como extraña en esta sociedad por tu condición sexual. Eso te llevo al declive de tu persona ¿Cómo vas hacer memoria de ello? Todo se ha ido. Todo se ha evaporado en la esfera de tu fortaleza para llevar una nueva vida. Sonríes. Me sonríes. Ya no sientes temor. Me alegro por ello.
Yy: Y a que viene todo esto ahora. Intento retornar al ayer y solo un leve, un leve aroma amargo e insípido cae en mi como brutal paliza.
Xx: Por qué lloras. No he venido a que sientas remordimientos. Todos en esta vida hemos tenido nuestros sufrimientos. Pero los tuyos. Tú sola…Como pudiste salir. Me sorprende. Estás tan cambiada. Y del amor si no es atrevimiento que me cuentas.
Yy: Ahora pasas al amor. Te gusta hurgar en las heridas. Pero ya no es herida. Aquí esperando. Esperando que las nubes  pasen y pasen y cuando se confirme el equilibrio yo persona, tú persona navegaremos por el infinito de las mareas más allá donde el romper de las olas nos de aliento para un lazo eviterno.
Xx: Ah, Me esperabas.
Yy: Si
Xx: Todavía es temprano. El sol de la tarde planea sobre una bóveda celeste luminosa, perfecta.  Tengo que acabar unas cosas y tú también.
Yy: Nos asomamos?
Xx: Si y por qué no dar un paseo. Está todo tan esplendoroso. El verde de los ficus, el aroma de las rosas…

Se levantan. Ella y su pasado. Un pasado envejecido, demacrado pero con algo de luz de la mirada. Ella, bella, feliz. 

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