sábado, abril 25, 2015

Rápido...

Rápido.
Mareas negras que se nutren
De la esencia de la vida.
Y el llanto
De delfines abandonados
En los riscos del silencio.
Las lágrimas de las pardelas, de las gaviotas,
De aves que en su paso buscan la armonía de sus rutas.
Rápido, rápido.
Un halito maléfico viene
Insuflando las mareas oscuras
Sobre las rocas.
Un error.
El desconocimiento
De una esfera que rompe en agonía.
Rápido, rápido.
Qué débil somos
Envueltos en barca a la sombra
De una negritud
Embargándonos el aliento
De seguir adelante.
Solo el tiempo…
El tiempo volverá a ser eco
De la fecundación de la belleza.
Rápido. Rápido.
La muerte viene.
Muerte que con celeridad
Desorienta nuestras alas
En el hundimiento de los sentidos.


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