domingo, abril 12, 2015

Divagaciones de una tarde abril...

La tarde se hace larga. Se lía a las constelaciones venideras con el sonido del silencio. Lentas pero vienen a sorprendernos con su brillo, con su belleza que conquista cada instante recogido en las manos del adiós. Sí, nos vamos. Ya es hora. Rebozarnos junto a las mareas que venturosas y en calma nos da el suficiente aliento para proseguir. Hasta mañana, decimos. Otra jornada donde los mirlos curiosos vendrán a las ramas secas de nuestras venas. Ahora gozamos de este momento. Sí, con la furia de la alegría, de la vida que nos invita a dar pisadas sobre la hierba húmeda ¿Estás ahí? Pregunto. Sí a ti que me examinas desde la distancia ascendente en tapias de papel. Contémplanos en el girar y girar bajo las hogueras blancas de la luna. Ven. Quedas invitada. Este silencio. Esta serenidad. No sé si será atributo de bonancibles mañanas pero me gusta. Me deleita este callar del mundo. De esta atmósfera que nos embriaga con la bravura de ojos que te miran. 

No hay comentarios: