Un arco iris entre rocas deformes que abogan al naciente de
gaviotas cenizas sobre las mareas desterradas
de nuestro nombre. Avanzamos, cabalgamos entre los colores difuminados
después de una sutil lluvia. Cielos uniformes abandonan el cauce de nuestros sentidos
y nos dicen de la cordialidad de un mañana tiznado de paz. Nos retraemos en
nuestra conciencia y abordamos sedientos saberes de la vida. Esta vida
impalpable con el paso del tiempo. Un arco iris bajo los secretos mágicos de
una mirada, de una palabra que ronda por las vertientes de un norte cercano.
Nos arrimamos, confiamos y luego somos estallido de largos paseos a través de
nuestras manos afincadas en la unión de libres canciones ¡Mira, mira¡…allí el
espejo de nuestro yo, lentamente nos observa y hace gigantesco el resonar del
abrazo envuelto en atmósferas apacibles. Un arco iris….
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