La nada.
El todo.
Espectros desvanecidos
Ante el vasto océano.
Réquiem al vacío
De aquellas huellas ensoñadas
Para el atardecer
Bajo caracolas mágicas
Del canto a la vida.
La nada.
El todo.
Mareas insondables
En el chillido grotesco
De cuerpos tras la ventura
De los sentidos.
Ahí están, salpicando de cenizas
Sus inagotables anhelos.
La nada.
El todo.
Perdurable lucha,
Inacabable deseo,
En el erguir de las manos
Bajo sombras calmas, calladas
De la brisa afortunada.
La nada.
El todo.
Basta de la huída tormentosa
De los alados sueños
En los violines rotos
De las tierras donde el mal
Iza sus colmillos sedientos.
La nada.
El todo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario