domingo, julio 08, 2018

los senderos


Los senderos se perpetuán en la pisada antigua, en el amor de ojos hechizados por la sonatilla de la cima. Arboledas candentes de brío, energetizantes cuando el ritmo del aliento recóndito se alarga al abrazo de sus raíces. Por allí van  las piernas que como ramas se deshojan al son del viento, del viento…La oquedad del callamiento hila un himno sobrenatural, una tonada alojada en las almas nobles de la naturaleza. Su querer  la hace más bella, más arraigada a los pinzones que con su alegría premia a los corazones solitarios, a los corazones que avanzan en el destino de un sueño. Columnas lo soportan bajo un cielo azul murmurando con ese astro vivaracho de la vida. Y zas…respiración, inspiración, paisaje incólume, virgen engendrado por los escoltas mágicas del nocturno.  Y zas…arroyuelos que nos amparan de la sed, de la desdicha, de la declinación humana en atmósferas incontenibles, contaminadas.

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