domingo, julio 15, 2018

una guitarra....






Una guitarra
Unos cuerpos
Una danza.
Y la caída de la tarde de verano
De oleajes agresivos.
Unos ojos.
Un beso.
Otra danza
Y los sentidos en vertical amándose, acariciándose
A medida que los huesos se yerguen
En pasos más allá del horizonte.
Y los besos se revuelcan en la bienvenida,
Alegres, motivados por la senda callada de sus manos
Unidas, enlazadas a las cuerdas de la vida.
Y los astros laten en la comisura de sus labios,
Cosmos donde las carnes se abrazan
En la magnitud del olvido de las miradas.
Una guitarra.
Unos cuerpos.
Una danza.
Y la belleza del amor,
De las casi perfectas sábanas que se tienden en la luna.
Despacio, con las palabras del corazón, del pulso de la existencia
Amarrada al rumiar de los pajarillos.



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