martes, diciembre 30, 2014

Un violonchelo..

Un violonchelo sueña en medio del ocaso. Estáticas permanecen las estrellas, así, como los ojos que miran al horizonte añorado. Quedan pocas horas y somos cumbre de un nuevo destino con aliento a renacer. Estás ahí. Parada. Realojando cada uno de tus sentimientos. Todo se va, se extingue y el anuncio de un vacío que tendremos que llenar con las huellas que se van quedando te hace subir al roque más alto, al pico más alto.   Edificas un jardín entre nubes rojas y la pasión te lleva a una existencia que has de continuar. Un susurro te dice de mariposas plateadas que ascienden a tus manos. Las abres y posadas responden a la belleza, la belleza de los montes que nos pueblan con su sonrisa, con esa húmeda tierra que permanecerá en la memoria del tiempo.  Pero otras cosas tendrás que olvidar. Sí, a medida que un violonchelo te cerca en el sueño. Y no más. Sí, no más. Caes en la nostalgia.  Con un gesto te desprendes de las lágrimas mientras las campanadas dan las doce.  Otro año que seco da verdor a otro que se engendra. Así somos. Lo rutinario se extingue y vuelas y vuelas hasta ese jardín entre nubes. Te enredas en ellas como amantes de un mañana. No te cansas y vuelas y vuelas…


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