sábado, enero 05, 2019

LA CARTA 3


LA CARTA 3
Dicen que en esta vida todo cambia madre. Yo lo creo , me he ido de mi pueblo a un destino indescifrable , cuya mascará está atravesando mi corazón de manera punzante, de manera grave. Llevamos días sin agua potable, algunos caen madre. Sí, caen por la tierra ante la mirada inexacta, estática, cansada de nuestras espaldas. Los enterramos pero no lo velamos, dejamos que su cuerpo sea alimento de las entrañas de este lugar que piso ¿Cuál será ese otro mundo al que se va? No, no quiero pensarlo , aún no. Me estremezco, lloro con lágrimas tragadas por mi garganta desnuda ante el temblor infinito. Hay sed madre, mucha sed. Yo he bebido pero me encuentro bien, no sé, es como si algo me protegiera a mí y a otros. Aquí hay algunos médicos, pero no dan abasto. En este sitio remoto y aislado ¿qué hacer? Lo único que noto es la debilidad, lo frágil y potentes que somos algunas veces. Esto es una lucha continua madre. Una lucha por la supervivencia y los sueños. Soy real, soy vertical, soy un hilo que cualquier momento se puede partir.  Lo siento madre. Tal vez no tuve que irme pero te prometo que llegaré. Sí, llegaré al final de este camino oscuro y la claridad me acogerá. Muchos aquí no entienden lo que pasa, somos aves mansas en busca de nuestro propósito. Enero se va, un enero que nos dejará el más grotesco de los inviernos que he vivido. No sé lo que ocurrirá pero ya te diré más. Tenemos que solucionar del agua, los días pasan. Sí, una mano sobre otra, aunque no sepas nada, aunque los horrores cotidianos, rutinarios nos persigan incesante y severamente. Adiós madre. Bueno adiós no que suena amargo, hasta luego madre…

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