Despertaba mutada por las corrientes de golondrinas que posaban
en mi cuerpo. Lenta, mirando más allá de los astros que coronaban mis sueños.
Despertaba en la intemperie de una rosa cuyas espinas iban tatuando mis ojos
cerrados de mariposas del buen querer. La belleza llegó a mí con una sonrisa
del madrugador arco iris. Lluvias venían, lluvias iban por el paisaje de mis
ojos ya abiertos. Miraba. Sí, miraba todo mi derredor y todo era blanco
azulado. Una luz de no sé dónde venía hacía mi. Me levante y era la claridad
del día. Este día que viene y con sus sombras y luces nos hace andar por
cuerdas flojas de cuyo equilibrio depende nuestro estado de ánimo. Pero yo sonreía.
Sí, hoy sonreía. Una sonrisa verde, una sonrisa amarilla donde la esperanza tejía
cada hilo del cual me iba colgando para seguir por este mundo desconocido.
Este blog esta bajo los derecho de autor para cualquier información laguna198@hotmail.com Lo escrito son ideas primigenias que después se han corregir y alterar.
jueves, abril 10, 2014
martes, abril 08, 2014
Todo surge...
Todo surge rápido. El despertar, el amanecer, la caída de la
tarde, los sueños…Danzas con las dunas, te dejas caer en un silencio que solo
ellas conocen. Y llegas a esa orilla, a ese horizonte donde el océano se
entrega a ti, donde tú te entregas a él. Con la misma danza, con el mismo
silencio. Solo murmullo de las olas, del viento. Que vienen a ti. Te hablan. Y
tú danza, en tu silencio los escuchas, les contestas. Todo es rápido. Tanto que
te sabe a poco. Y vienes al otro día al despertar, cuando el amanecer con su
manto malva broncíneo te eleva y esperas la caída de la tarde que te llevará al
paraje de los sueños.
domingo, abril 06, 2014
El salvaje ronronear...
El salvaje ronronear de las olas
Que vienen, que van
A ese destino donde su continuidad
Se anula cuando somos cuerpo de ella.
Oh, ese océano.
Bello, perfecto, puro, virginal
Que se apodera de nuestra mirada,
De nuestra piel
Cuando sentimos el estremecimiento
De nuestro ser con su esencia.
Aves vuelan a ras de él
Absorben del néctar que les da vida
Y él agradecido vela cada palabra
Que evocan estás
En la ida de la tarde.
Se va, se va el día
Océano de las maravillas
Que trota bajo mis ojos.
Y tú y yo nos miramos.
Como amantes eternos
De una tarde de abril.
Tu frescura alimenta mi silencio, mi soledad.
Y soy equilibrio cuando de la mano
Vamos lejos, muy lejos.
sábado, abril 05, 2014
Deseabas...(poema)
Deseabas zambullirte a la brisa fuerte de una noche
Resonar constantes de las almas
Que se engendran al son de las hojas secas.
Una noche, donde la luna menguante
Hacía de nido para que tu esbozar de palabras de esperanzas
Viajaran más allá de las nebulosas.
Decías algo sobre el amor,
Sobre esas batallas inconclusas
Que muerden, que desgarran, que destrozan
La danza de la humanidad.
Y te veías inmerso en ese aliento grotesco y fétido
De las balas que van al corazón, al vientre.
¡Acaba ya¡, te decías.
No vale la pena malgastar la benevolente mirada
Por las rajadas secuencias de la vida.
Puede ser que en un mañana
La feroz ignorancia del humano comprenda.
Sí, que bella es la paz.
Sí, retozar con las alas de mariposas
Que vienen, que van
En círculos conmoviendo una sonrisa.
Míralos, mira esas criaturas
Que ahora no más que son espanto,
Que no más que son heridas de un hoy.
Pero todo puede ser.
Puede ser que una metamorfosis
De un giro en sus mentes criminales
Y demos un abrazo a la calma.
Y demos una caricia
A esos rostros demacrados, quebrados
Para que vuelvan erupcionar
En un mundo limpio,
Un mundo donde la nobleza de la mano
Sea amiga, sea abastecedora
Del resurgir de la alegría.
miércoles, abril 02, 2014
Nubes...
Nubes aterciopeladas
que gritan en su huída. Un sol dorado que se arroja contra las rocas. Una gruta
donde el murmullo de sus aguas hace embeberse a los que la escuchan en un sueño
profundo. El penetra, se introduce en ese cuerpo hueco donde los manantiales
dan aliento a la vida. Ahí, según le han dicho está la cumbre del amor, de los
deseos. Sí, en sus aguas cristalinas. Aguas que miras y no sabes de si es
profundidad o el reflejo de ese techo que colma la gruta. Se mira, el reflejo
de su mirada lo invita bucear por esas aguas. Busca, busca. Busca el deseo, el amor.
Pero algo que lo detiene. No halla nada y sale a la superficie. Todo es
silencio, solo el eco enrarecido de sus movimientos. Se mira otra vez en esa
agua y no ve sus ojos reflejados. Solo, un corazón agrietado por el peso de los
años. Ya no puede amar, ya no desea. Pero aun así se siente bien. Descubre una
luz nocturna que entra en la gruta. Es noche de luna. Su alma cansada se
arrastra hacia ella. Las llamas blancas
de la luna lo miran. El también mira. Se pregunta qué ha hecho. No comprende. Afuera se dirige a la
colina más alta. Una mezcla de maleza le ata sus piernas. Cae. Y en ese estado
inconsciente sueña. Sueña con ese amor, con ese deseo. Cuando despierta ante él
una imagen difuminada con cuerpo de mujer le tiende la mano. Aquí estoy, le
dice. Por qué ir tan lejos.
martes, abril 01, 2014
Una habitación....
Una habitación. Es la tarde. Los rayos solares penetran. Hay
dos sillas. Dos seres sentados de espalda.
Xx: No. No te acuerdas de mí. Vengo de un ayer donde la
sombra negra se tatuaba en tu cuerpo, en el sentido que danzabas sobre la vida.
Te miro. Me miras. Y en la extrañeza de mirada está la huída. No, no huyas. No
he venido para nada malo. Solo quería observar como sonríes ahora.
Yy: No. No recuerdo ¿Quién eres? Mi ayer dices… Nubes
pasadas en la que solo un vago presentimiento maligno me hiere. Pero no. No
recuerdo ese ayer del que tú me dices. Es como. Yo que sé. Es como si me
memoria se hubiera borrado y hubiera renacido otra vez. Por ello me siento
incómoda. No sé si seré prudente. Pero me gustaría saber que fue de ese pasado.
Dime, dime ¿Quién eres?
Xx: Tú estabas muy mal. Sola con una copa. Sola con una obsesión.
Eras huída. No te atrevías hablar. Me entiendes. Me explico. La comida, huías
de la comida a lo mismo que te sentías como extraña en esta sociedad por tu
condición sexual. Eso te llevo al declive de tu persona ¿Cómo vas hacer memoria
de ello? Todo se ha ido. Todo se ha evaporado en la esfera de tu fortaleza para
llevar una nueva vida. Sonríes. Me sonríes. Ya no sientes temor. Me alegro por
ello.
Yy: Y a que viene todo esto ahora. Intento retornar al ayer
y solo un leve, un leve aroma amargo e insípido cae en mi como brutal paliza.
Xx: Por qué lloras. No he venido a que sientas
remordimientos. Todos en esta vida hemos tenido nuestros sufrimientos. Pero los
tuyos. Tú sola…Como pudiste salir. Me sorprende. Estás tan cambiada. Y del amor
si no es atrevimiento que me cuentas.
Yy: Ahora pasas al amor. Te gusta hurgar en las heridas.
Pero ya no es herida. Aquí esperando. Esperando que las nubes pasen y pasen y cuando se confirme el equilibrio
yo persona, tú persona navegaremos por el infinito de las mareas más allá donde
el romper de las olas nos de aliento para un lazo eviterno.
Xx: Ah, Me esperabas.
Yy: Si
Xx: Todavía es temprano. El sol de la tarde planea sobre una
bóveda celeste luminosa, perfecta. Tengo
que acabar unas cosas y tú también.
Yy: Nos asomamos?
Xx: Si y por qué no dar un paseo. Está todo tan esplendoroso.
El verde de los ficus, el aroma de las rosas…
Se levantan. Ella y su pasado. Un pasado envejecido,
demacrado pero con algo de luz de la mirada. Ella, bella, feliz.
Una colina
Una colina
donde se luce un viejo árbol. Ramas que evocan a violines mecidas por el
viento. El crujir de la hojarasca. Desde allí miramos el océano. Un océano de
aves que esbozan sus últimos vuelos cuando la noche es venidera. Nos
emocionamos. Y con un antes y después nuestros sentimientos brotan en el
sentido de la serenidad. Todo está en calma. Tal vez está noche podremos
navegar, introducirnos en esa mar que nos llama y desea y evocar a la danza de
las algas, de las estrellas marinas. Extiendes tus brazos y sumisa al ronroneo
de una canción te lanzas colina abajo a abrazarlo. Te sumerges en su cuerpo, en
lo frágil de su mundo y desde ahí eres ballena que se mueve desde las
profundidades hasta la superficie. Huyes, tu mundo azul es esperanza que hay
que salvaguardar con la distancia de tu ida. Ves el viejo árbol. Y cierta
añoranza te ampara. Pero no puedes, no debes ascender de nuevo a ese lugar
donde las leyendas flotan en el aire. Todo está raído. Todo se ha ido. Ahora
que lo ves de manera diferente, una oscuridad alumbra sus ramas, su entereza.
Es como si se extinguiera. Todo se extingue. Y tu, ballena de las aguas azules
huyes, huyes.
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